*Por Eric Briones Briones
Con ocasión del tema publicado, la semana pasada: “La tecnología obliga a ajustar la legislación laboral”, en la presente semana finalizada tuve la oportunidad de participar en el seminario internacional de derecho del trabajo, dentro del marco de regulación de las nuevas realidades laborales, bajo la dirección de la Asociación Costarricense de Derecho del Trabajo, llevado en el país el 21 y 22 de octubre, en donde el catedrático de la Universidad de Sevilla dr. Jesús Cruz Villalón expuso la experiencia en Europa sobre esta temática, que ha sido desarrollada vía resoluciones del tribunal Español y Europeo, pero no obstante, como se comentó para el caso del país, de igual manera se queda debiendo, dentro de un ámbito positivo normativo, para el resto de países del orbe.
Dentro de lo que se ventiló, por parte del dr. Cruz en torno a su charla denominada: “Trabajo, nuevas tecnologías y plataformas digitales” puedo rescatar, como común denominador, que definitivamente la irrupción de las nuevas tecnologías que se están posicionando es un punto esencial y urgente que cada disciplina del derecho se preocupe por regular y desarrollar, dentro del quehacer mundial y específicamente desde la materia laboral, con el fin de poner reglas claras adaptadas a las nuevas realidades, que hagan posible, dentro de un concepto de trabajo decente, el desarrollo de las mismas, conforme a la dinámica de la economía globalizada, pero sin vulneración de derechos fundamentales.
El cambio tecnológico del presente va más allá de la digitalización, pues hoy se relaciona con la robótica, la inteligencia artificial, que genera retos actuales y venideros, dentro del aspecto de política sociolaboral.
Siendo un fenómeno universal y no territorial, como sucedía antiguamente, con otros cambios científicos, que se han dado, a través de la historia, dentro de las revoluciones generacionales del pasado, es que se hace inminente su tratamiento por parte de todos los ordenamientos jurídicos del planeta.
Lo anterior está provocando incertidumbre en el empleo y para lo que nos podemos hacer las siguientes interrogantes:
- ¿Se está dando destrucción neto del empleo con la transformación tecnológica?. Pareciera que no, pues con el desarrollo tecnológico, en el campo del empleo, se traen aparejadas nuevas oportunidades de puestos, v.gr, programadores, informáticos, etc. Lo que pareciera que está ocurriendo es una reinvención del mismo, por ejemplo, el freelance (independiente y sin compromiso con un solo empleador), sobretodo en el mercado de la industria cultural y creativa, música, periodismo, diseño grafico o web, etc.
- ¿Desaparecerán puestos de trabajo? Aquí no cabe la menor duda que en efecto están erradicándose formas de ganarse la vida. De alli la necesidad de reciclarse, para ello, se debe fomentar la capacitación y el desarrollo de otras habilidades, que no solo sean solamente las conocidas como “duras”. Así, por ejemplo, se hace indispensable el enfásis en las llamadas “blandas”, en donde la persona trabajadora va a tener que hacerse interdisciplinaria, con buen sentido común, buenas relaciones interpersonales y de adaptabilidad al cambio, dentro de un concepto de trabajo en equipo. Al respecto, señala el periodista de CNN Andrés Oppenheimer en su libro “¡Sálvese quien pueda!”, que según entrevista que les hiciera a los investigadores ingleses Frey y Osborne llegaron a presagiar que de los actuales empleos que se tienen (aproximadamente 702 ocupaciones) en un plazo máximo de 20 años van a desaparecer total o parcialmente el 47% de ellos, entre los que destacan: los abogados, periodistas, árbitros deportivos, contadores, banqueros, bibliotecarios, taxistas, mensajeros, meseros, médicos. Si hoy ya los abogados tenemos competencia con “Ross”, el robot, que procesa toda la legislación que se le consulta y puede dar la solución al caso o por ejemplo, los médicos, que son cardiólogos, ya existe tecnología de punta que pueden hacer sus labores, entonces lo aconsejable sería que ambos profesionales sepamos descifrar los diagnósticos y explicarlos humanamente mediante la empatía, la inteligencia emocional, las facultades intuitivas, de atención especializada, personalizada y de calidad, que por el momento, una máquina, no podría hacerlo, por más inteligencia que tenga. De allí, la importancia de introducir, desde la educación primaria, el desarrollo de todos estos conceptos que van a ser necesarios, en la vida laboral.
- Nos podríamos, asimismo, preguntar, ¿habrá incremento del trabajo no tradicional? Bueno, aquí lo que está sucediendo es lo que afirmó la actual ministra de Trabajo, Geannina Dinarte, el fenómeno del “Gigeconomy” (trabajo esporádico), que se ha puesto de moda en los Estados Unidos, como forma alternativa de la contratación tradicional. No obstante, esto va a depender, de cada nación, según las políticas públicas de empleo que adopte y comprendan que deben modificar y reinventarse, dentro del ámbito positivo legal y de la misma primacía de la realidad, a nivel de su desarrollo práctico.
Además de lo anterior se discutió en dicho seminario que con el desarrollo tecnológico se está elevando la rotación laboral, aumentándose las formas de flexibilización horarias, jornadas, salarios, la ejecución del trabajo, la vulneración de la privacidad e intimidad del individuo (la semana pasada, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló el caso español sobre el despido de cinco cajeras grabadas robando, a pesar de que se discutió la falta de protección de la privacidad de las demandantes sin alcanzarse el equilibrio justo entre ese derecho y el de la propiedad patronal), la debilidad negocional colectiva, el desarrollo de nuevos fenómenos sociales producto de la ciencia, como las plataformas digitales, que están en ciernes y nos cuesta diferenciar a nivel legal las diversas posiciones, que en la cotidianidad se están suscitando, desde la óptica del publicitador de los servicios de plataformas, el intermediario de la colocación de las personas, el empresario/prestatario/autónomo hasta el empleador con asalariados, dentro de estas.
Definitivamente, este panorama nos abre las posibilidades para empezar a preocuparnos y ocuparnos por ir reorganizando la legislación laboral actual con el fin de evitar los vacíos que hoy tenemos y darle a la ciudadanía las mejores herramientas jurídicas de posicionamiento, sacando así provecho de estos y futuros desarrollos tecnológicos para crear fuentes de trabajo, sumergiéndonos en las profundidades de la globalización, pero con trajes de buceo, a la medida de los tiempos y sin obviar los principios heredados, en el contexto de lo socio/laboral.
*Doctor en derecho laboral.