Era el puntazo por excelencia para comprar los adornos del arbolito, las luces, la lana para los pasitos, las figuritas, en fin, todo lo que usted se pueda imaginar relacionado con la Navidad.
Quedaba dentro de un terreno bastante grande en el corazón de Guadalupe, distrito central del cantón de Goicoechea, a unos 25 metros al este de la Municipalidad, sobre la calle principal.
Toda esa historia, que sumó 35 años de magia, llego a su fin este 2024.
El lote que Sergio Quesada Soto arrendaba cada año, por ahí de setiembre – octubre, los dueños lo vendieron y el chinamero, en este 2024, seguirá llenando de alegría los hogares ticos en otro sitio: Sabanilla de Montes de Oca.
El local de Quesada se llama SQS, El Mejor Chinamo del Mundo.
“Este año ya no vamos a estar ahí. En este momento hay mucha tristeza en mi corazón, porque es una tradición muy bonita y por la clientela, porque más que un negocio, era una familia”, expresó el emprendedor en conversación con ¡Qué Torta!
Imagínese si a esta ventica le agarraron cariño que cuando se montaba era sinónimo del inicio de la Navidad para cientos de personas, algo así como cuando la tienda Universal empieza a adornar los ventanales del local de la avenida central de San José con artículos de diciembre.
Don Sergio y sus colaboradores abrían las puertas los primero de octubre.
En ese terreno, además del chinamo, había algo así como un parqueo privado, sin embargo, la primera semana de setiembre del 2024 lo botaron todo, movieron tierra y cercaron el perímetro.
“Les agradezco mucho a los dueños (del terreno) que me dieron la mano durante 35 años para mantener la tradición, pero todo tiene su fin y ellos tienen otros proyectos”, agregó Quesada.
Al parecer, allí se construirá otra sede de una cadena que se dedica a la venta de productos alimenticios (muchos congelados) y no alimenticios para restaurantes, hoteles, sodas, pizzerías, panaderías, catering service, entre otros.
Tradición
El Mejor Chinamo del Mundo fue el primero en su estilo en Guadalupe y sembró en sus clientes una fidelidad que perduró a lo largo de más de tres décadas.
“Gracias al buen trato y la calidad de la mercadería que importamos de China, Panamá, de todo lado, mi esposa y yo logramos formar una clientela muy fuerte que le gustaba todo lo que vendíamos, porque era diferente a lo que había en cualquier otro almacén”, detalló.
Quesada, quien inició el chinamo con 23 años, se llenó de nostalgia al dejar la tradicional esquina, porque sus hijos crecieron en el chinamo, en medio del trajín de la época y aún pequeños se apuntaban a empacar lana, aserrín y otros productos.
Desde los 14 años trabaja como comerciante y vendía frutas en el mercado, en la feria del agricultor y en la calle, pero un día le surgió la inquietud de comenzar a vender todo lo de Navidad.
A partir de ese momento se instaló en Guadalupe y se “coló” en las Navidades y los hogares de los guadalupanos con todas las bellezas que vendían.
Quesada les pidió a sus clientes que lo visiten en el chinamo, en Sabanilla, donde tendrá la misma calidad de su mercadería y el trato familiar que siempre les caracterizó en Guadalupe.