En el corazón de Sarapiquí, en la cabecera de este cantón herediano, el distrito de Puerto Viejo, y a tan solo cuatro cuadras al norte del cementerio del barrio La Guaria, hay un escondite natural que llena de paz a quienes lo visitan.
Está en medio del exuberante bosque tropical lluvioso. Es el hotel Ara Ambigua Lodge.
Desde que iniciaron su vida juntos, Doña Lisbeth Corrales y Delfín Araya tenían muy claro que querían emprender y construir su propio negocio, en el que también se integraran sus tres hijos, pero lograron mucho más que eso.
Con mucho trabajo, sacrificio y disciplina, la pareja levantó un santuario de paz y naturaleza.

El hotel cumplió 25 años el 24 de abril del 2025 y la familia lo celebró con sus colaboradores, con algunos exempleados que iniciaron con ellos esa aventura y con socios estratégicos, quienes fueron trascendentales para hacer realidad ese sueño.
Doña Lizbeth recuerda que no sabían nada de hotelería, incluso asistían a ferias turísticas y se sentían opacados por los enormes stands, pero no claudicaron, por el contrario, buscaron la forma de aprender y empaparse de todos los detalles de la industria.
“Les aconsejo a otros emprendedores empaparse primero, porque yo lo hice al revés, cuando ya teníamos las habitaciones decíamos, ¿y ahora qué hacemos? Me hablaban de tarifas rack y tarifas netas y no sabía de qué me hablaban”, recuerda entre risas.
Imán
Ara Ambigua queda a solo hora y media de San José y es uno de los hoteles más importantes de la zona, por el equilibrio que genera para el medio ambiente y por el motor de desarrollo económico y social que representa para la comunidad, pues da empleo a los vecinos (90% de su planilla son colaboradores de la zona).
Además, impulsa la economía local, porque sus proveedores son de Sarapiquí y porque promueve la contratación de servicios de operadores turísticos locales por medio de tours que los turistas realizan por los alrededores, conociendo las bellezas que esconde ese cantón herediano.
Es visitado por turistas nacionales y extranjeros, sobre todo europeos, que buscan desconexión y relajación, ya que los únicos sonidos que pueden “distraer” son los cantos de las aves, el croar de las ranas y los ruidos de los grillos y otros insectos dueños del bosque.

La extensión del hotel es de ocho hectáreas, tres de ellas puro bosque, cuenta con 50 habitaciones, tres piscinas (una para niños y dos para adultos), dos lagos con senderos alrededor, jardines por doquier, salón de eventos, un spa y sauna. Tiene una suite y están construyendo otra más.
La gastronomía del restaurante es de alto nivel, ya que los sabores ticos se fusionan con la cocina internacional utilizando ingredientes frescos de la región.
El calor familiar, el ambiente acogedor y la calidez del hotel hace a los huéspedes sentirse como en casa y esa es una de las claves del éxito porque reciben una atención personalizada del equipo, pero incluso de los mismos dueños.
Gracias a las prácticas sostenibles, Ara Ambigua Lodge obtuvo el Certificado de Sostenibilidad Turística (CST), que otorga el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) el máximo nivel son 5 y cuentan con 4 hojas, y tienen la distinción de Bandera Azul Ecológica en la categoría de Cambio Climático.
“Tenemos casi 400 metros de paneles solares para la generación de energía renovable, es un proyecto muy grande. Contamos con un programa integral de reciclaje y un centro de acopio abierto a la comunidad, no usamos químicos en los jardines, tenemos solo plantas nativas e incentivamos al turista con le uso racional de los recursos”, cuenta Corrales.
Entre manos tienen el plan de ofrecer opciones de Fam Trips, para que los huéspedes separen uno o dos días para relajarse en el hotel, descansar y disfrutar de la flora y fauna que hay en las instalaciones.
El objetivo es brindar clases de baile, pintura, charlas sobre la naturaleza, baños de bosque, caminatas y programas de bienestar diseñados para conectar a los huéspedes con la esencia de Sarapiquí.
Para más información pueden escribir al correo info@hotelaraambigua.com o llamar al 27667101.