A Alonso Solís le fue como un quebrado en la Sala Cuarta.
Los magistrados le rechazaron un recurso de habeas corpus que presentó contra la Fiscalía Adjunta del Segundo Circuito Judicial de San José y el Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de San José.
El caso en cuestión se remonta al Día del Amor y la Amistad, el 14 de febrero del 2024, cuando una fiscala ordenó que lo esposaran, mientras el exfutbolista atendió una orden de presentación que le giraron por una denuncia que su pareja, Déborah Soto, le había interpuesto en noviembre del 2019 por aparentes maltratos y ofensas.
Curiosamente, poco después de que lo arrestaron dentro de los Tribunales de Montelimar, Calle Blancos, Goicoechea, le dieron un paseíto por los pasillos y ¡zas!, lo pegaron las cámaras de televisión, que circularon las imágenes rapidito.
Cabe indicar que Solís y Soto resolvieron sus diferencias y, aunque se divorciaron en el 2020 (así aparece su estado en el Registro Civil), se juntaron de nuevo a mediados del 2023.
El Mariachi criticó duramente a la fiscala que instruyó a los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que lo mandaran a una celda durante cinco horas, tiempo en el que compartió con sospechosos de cometer otros delitos.
Bueno, al final del cuento, el órgano constitucional estimó que la detención “estaba respaldada por una resolución formal, dictada en razón de la desatención del tutelado al proceso”, especifica un boletín de prensa.
Las autoridades precisaron que el Mariachi figuraba como imputado en un proceso penal y que debió presentarse el 1.° de diciembre del 2021, pero no lo hizo.
El 27 de enero del 2022, la Fiscalía le pidió al Juzgado Penal declararlo como “reo rebelde” y generar una orden de captura, que se estableció el 7 de febrero del 2022.
“El recurso fue declarado sin lugar, pues los magistrados no estimaron que las autoridades recurridas hubiera actuado arbitrariamente”, explicó la Sala Cuarta.