Los poderosos narcocarteles que producen toneladas de droga y las envían, en su mayoría, por la ruta del Pacífico costarricense, echan mano de los mejores recursos para trasladar los cargamentos sin que sean detectados por la Policía.
El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) profundizó sobre el uso de los sumergibles y semisumergibles que, en los últimos años, es una modalidad que el crimen organizado ha explotado con mayor frecuencia.
El último gran golpe a una lancha artesanal como esas se dio el 11 de agosto del 2024, a 128 kilómetros mar adentro de cabo Matapalo, en la península de Osa. Cayeron un ecuatoriano y dos colombos con 2,1 toneladas de cocaína.
La tecnología de estos aparatos fue desarrollada por la inteligencia rusa, según comentó el ministro de Seguridad, Mario Zamora. Es una herramienta apetecida por los traficantes, porque es difícil que aparezcan en los radares.
“Los carteles del narcotráfico, al obtener ganancias más altas, empezaron a aplicar alta tecnología en sus envíos.
“Esto implicó (hace años) traer a territorio colombiano expertos rusos en la construcción de sumergibles. Empezaron a construir sumergibles y semisumergibles.
“Muchos sumergibles encallaban por temas técnicos que nunca fueron subsanados. Otros desarrollaron semisumergibles, que los hace difícilmente detectables para las fuerzas de seguridad”, aseguró Zamora.
Datos del MSP revelaron que del 2000 al 2010, solo se decomisó un semisumergible en el país. Dicho cumplimiento ocurrió en el 2006, en la península de Nicoya, Guanacaste, a más de 60 kilómetros de cabo Blanco.
Allí decomisaron tres toneladas de cocaína y detuvieron a cuatro extranjeros (un guatemalteco, dos colombos y un ciudadano de Sri Lanka).
Del 2010 al 2020, la Policía incautó 18 semisumergibles.
Si se suman todos los trabajos realizados hasta agosto del 2024, las autoridades han decomisado: 31 semisumergibles y 19,5 toneladas de droga (16,5 toneladas de cocaína y tres de marihuana). También han detenido más de 24 extranjeros, entre sudamericanos y centroamericanos.