“¡Mataron a Rodolfo, mataron a Rodolfo!”, gritó una mujer en la oficina del abogado Rodolfo José Quirós Campos, de 42 años.
Aún es incierto quién pidió ayuda con desesperación, pero se cree que fue la esposa de la víctima, Gloriana Vargas.
Segundos antes había ingresado un abuelo de apellido Esquivel, de 84 años, a quien se le metió el diablo, sacó una pistola y lo asesinó de seis plomazos, según el dato que brindó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La escena dramática ocurrió a eso de las 8:45 a. m., de este miércoles 28 de febrero del 2024, en el centro de Nicoya, Guanacaste.
El criminal dio media vuelta y salió como si nada del sitio, se montó en un carro y huyó hacia su casa, en la comunidad de Santa Ana, a unos 11 kilómetros.
Hasta ese lugar cayeron los oficiales de la Fuerza Pública, que lo agarraron, lo esposaron y se lo llevaron hasta los Tribunales de Justicia, donde lo metieron en una celda.
¿Qué ocurrió para que Esquivel enloqueciera y matara sin asco a Quirós? Las versiones son confusas, pero todas coinciden en que el caso está relacionado con un trámite que el abogado le llevaba a su agresor.
Quirós Campos era profesor y coordinador de la carrera de Derecho de la Universidad San José, en Nicoya; también dirigía el consultorio jurídico en dicha sede.
Estudiantes, amigos y familiares han expresado un dolor indescriptible ante este ataque cobarde.
De Esquivel se sabe que es un activista muy conocido en Sámara.
