Menos de diez años le duró la cuerda a la redacción integrada del Grupo Nación, que inició operaciones en setiembre del 2013.
Los altos mandos de la compañía le pusieron candado ante los cambios acelerados que ocasionó la pandemia de COVID-19 y que introdujeron nuevas formas de laborar, en especial, la del teletrabajo.
¡Qué Torta! supo de fuentes fidedignas que, por supuesto, pidieron absoluta discreción, que la empresa habilitó una pequeña área de trabajo en un segundo piso en sus instalaciones, en Llorente de Tibás, San José, para las redacciones de La Nación, La Teja, El Financiero, revistas y algunos otros productos editoriales que aún elaboran.
Sin embargo, gran parte del personal (al menos 327 colaboradores) trabaja remotamente y si requiere hacerlo de manera presencial o atender reuniones utiliza algún espacio disponible en el salón que habilitaron para tal fin.
Esta transformación también obedece a que utilizar la redacción integrada, tal y como ocurría antes de la pandemia, representaba costos altos.
La construcción de ese complejo, de 4.600 metros cuadrados, tuvo un valor de $5,5 millones entre el 2012 y el 2013, según información que divulgó en aquel momento el diario La Nación.
Aún no hay certeza en qué se utilizarán las instalaciones. Hay algunos rumores que apuntan a que serían alquiladas para albergar un call center; otros indican que se convertiría en un supermercado u algún local de conveniencia.
Es parte de un plan que se ha escuchado con más fuerza en los últimos años de que la mayoría de los terrenos de Grupo Nación, en Llorente, servirían para un desarrollo inmobiliario, construcción de torres de apartamentos, entre otros.
Dicha redacción llevó el nombre de Fernán Vargas Rohrmoser, uno de los miembros de la junta directiva de la empresa.