A cinco días para que se cumpla un mes de la desaparición de la pequeña Keibril Amira García Amador, de nueve meses, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se quedó con las manos vacías.
La última vez que se supo algo de la bebita fue el 9 de abril del 2023, mientras su mamita la paseaba en coche por una calle del poblado de Mata de Guineo de Cervantes de Alvarado, Cartago.
En ese momento, el papá de la menorcita, de apellido Casasola, se la robó de los brazos a la madre, una niña que recién cumplió 13 años y que quedó embarazada a los 11 años producto de una violación continuada a manos de un sujeto que es su padrastro.
Keibril no llevaba puesta ninguna pijama ese día, como dio a entender el OIJ al hallar unas prendas tiradas en un cañal en Juan Viñas de Jiménez, Cartago.
Las autoridades aplicaron la prueba de ADN a esas ropas que, supuestamente tenían ciertas manchas, que ni siquiera se sabe si era sangre.
La pijama tampoco es de la pequeña. Y, ¿ahora? ¿Hay homicidio? ¿Está muerta o viva? No hay respuestas y están lejos de resolverse.
Los análisis de las prendas no determinaron nada, porque no se logró obtener ADN.
Desde que encontraron la pijamita circuló el rumor de que lo que había en esas prendas no correspondía a Keibril, sin embargo, fue necesario realizar las pruebas y descartar.
“En cuanto a la ropa de bebé hallada en la zona de búsqueda de la menor, después de realizar las pruebas de laboratorio a los indicios recolectados, no se logró obtener ADN de origen humano en cantidad o calidad suficiente para realizar el perfil genético correspondiente, por lo que no fue posible compararlo contra la muestra indubitativa de la menor sustraída.
“Por otra parte, referente a las prendas encontradas, pese a que se le mostraron a la familia de la menor, ellos no las reconocieron como propias de la niña, además, desde un principio se descartó que fuera la ropa que andaba puesta ese día; sin embargo, se procedió con la prueba para corroborar que no haya existido un cambio de ropa”, determinó el OIJ.
Lo que sigue sin calzar es porqué se apostó el todo por el todo porque esa prueba resolvería que la niña estaba muerta y que se había consumado un homicidio.
A Keibril la raptaron justo cuando su mamita vendía algunos números de una rifa para ganar algo de plata. Casasola descuenta seis meses de prisión preventiva.
El tipo no ha dicho una sola palabra sobre el paradero de la bebé y por más que las autoridades buscaron por cañales y diferentes zonas de Cartago no se halló nada.
Keibril ha tenido al país con el corazón en la mano, pero las esperanzas de hallarla se desvanecen cada vez más.