*Por José Eduardo Mora
Especial para ¡Qué Torta!
La imagen resultó grosera e insólita: mientras Herediano se caía a pedazos ante Pachuca en la gramilla del Estadio Nacional, el asistente técnico Jewison Bennette hablaba por teléfono.
Mientras se veía a Héctor ‘Pity’ Altamirano confuso y sin saber qué hacer para remediar el entuerto, Bennette, de tanto en tanto, activaba su celular y llamaba a los dioses. Me pregunto a cuáles: si a los dioses griegos o a los romanos, o ambos. ¿Qué misterio?
Lo cierto es que esos dioses se dieron libre. No hubo forma de que enderezaran la debacle que iba tomando forma conforme avanzaban los minutos, la noche del miércoles 3 de abril del 2024.
Y en medio de un equipo que deambulaba en el terreno de juego, el asistente se veía, como lo mostró la televisión, hablando por su celular y hasta los mal pensados quizá especularon con que recibía instrucciones. Dios mío, ¿de quién o de qué dioses se asesoraba?
Es inusual que un asistente técnico no se concentre en el juego por hablar por teléfono al otro lado del Atlántico.
No creo que Bennette padre le estuviese contando el partido a su hijo, que está en Grecia, o a lo mejor le pedía que le rogase a los dioses que despertaran, que la llamada era un urgente.
¿Cómo un fútbol con estas estructuras, con llamadas de por medio a los dioses, puede llegar a alguna parte?
Grotesca. Inoportuna. Atípica. Cómica: la imagen de un asistente hablando por teléfono durante el desarrollo del encuentro revela más de lo que parece a simple vista.
Las llamadas de Bennette no evitaron, sin embargo, que Pachuca jugara a placer frente a un Herediano fantasmal y sentenciara la contienda.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.