- Publicidad -
Ad imageAd image

La popularidad de Chaves luce sólida e infranqueable, según los datos del CIEP

El estudio de opinión pública que elabora periódicamente el Centro de Investigación y Estudios (CIEP) y la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) revela, en mayo del 2024, que el presidente, Rodrigo Chaves, conserva un apoyo de más de la mitad del país.

Los resultados se dan a conocer justo a los dos años de su mandato, con una cantidad de opiniones positivas nunca antes vista desde que los académicos elaboran este estudio, hace más de diez años.

Incluso, por el comportamiento histórico de las estadísticas, el nivel de popularidad del líder político nacional es impensable justo a la mitad de su periodo. Ninguno de sus tres predecesores (Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado) mantuvo tantas buenas sensaciones durante su administración.

Hay una excepción a la regla y sucedió en el gobierno de Alvarado, a mediados del 2020, cuando, ¿adivinen qué? Sí, la pandemia estaba en lo más y mejor y todos los recursos estatales se centraron en jugar con el miedo de la gente y crear una historieta de superhéroes alrededor de los funcionarios que tenían la responsabilidad de atender la emergencia. Pero ese es otro cuento un poco más largo.

El estudio del CIEP es contundente y categórico, aunque disgusta en los sectores que se oponen a Chaves. Un 50% de las personas apoya la gestión del gobierno y un 54% su labor en particular.

De las mil personas entrevistadas vía telefónica, una cuarta parte (el 25%) rechazó el desempeño del gobierno y otra cuarta parte (el 27%), el de Chaves.

Dichas opiniones adversas hallan razones en los problemas que atraviesa el país como la inseguridad, la crisis de abastecimiento de agua potable y la educación; además de la gran inestabilidad del gabinete (el que ha tenido más cambios de la historia).

Basados en esos casos particulares, tan solo un 22% de las personas entrevistadas están de acuerdo con la gestión realizada por Chaves sobre el tema de agua potable; el 34% considera que la educación pública ha mejorado y un 15% asegura ver un mejoramiento en temas de seguridad nacional.

‘Personalismo’ a la cabeza

El documento del CIEP argumenta la teoría del “personalismo”, que se ha aplicado en muchos países democráticos.

En este caso, según se explica, “(…) las democracias de todo el mundo (tanto en los sistemas presidenciales como parlamentarios) parece haber menos énfasis en los partidos políticos y sus políticas y más atención en los líderes individuales. Los partidos se debilitan y los liderazgos individuales se fortalecen (Ignazi, 1996; Dalton y Wattenberg, 2002)”.

En el caso de Chaves, el arrastre ciudadano podría considerarse como “personalista”, pues los ticos aprueban su liderazgo y gestión política en medio del dilema de que les dio la espalda a los ideales del partido que lo llevó al poder, el Progreso Social Democrático (PSD).

Algunas personas están indecisas sobre si apoyar o rechazar, ya que están evaluando las acciones políticas y sus resultados. Además, hay otro grupo que se opone firmemente, rechazando tanto las acciones, como a su política en cuestión.

¿Culto o culpa?

Según el informe, el “personalismo” es un fenómeno que tiene dos caras: el culto y la culpa al líder.

Esto quiere decir que mientras aumenta el respaldo personal hacia un líder político es más probable que se desarrolle un culto a su personalidad y que se le atribuyan menos culpas por sus acciones. Caso contrario, si hay menos apoyo personal hacia el líder es más probable que se le culpe más por sus acciones y que disminuya el culto hacia él.

En el gráfico anterior, aquellos que se identifican como opositores tienen una puntuación más alta en el índice de culpa (70 puntos) y una menor en el índice de culto (39), mientras que los seguidores tienden a atribuir más culto al líder (62 puntos) que culpa (53).

Una mitad de la población concuerda con las siguientes afirmaciones: los errores del gobierno son responsabilidad de los ministros, no del presidente (47%); el gobierno no es responsable de la crisis de seguridad, porque no le permiten actuar (49%); es justificado que Chaves critique duramente al Poder Judicial (57%); cuando se trata de elegir entre apoyar a un partido y apoyar al presidente, prefiero apoyar al presidente (55%).

En esa misma línea, más de la mitad de los ticos coincidieron en que: el presidente Chaves a veces dice cosas que no son ciertas, pero por buenas razones (51%); el presidente Chaves tiene razón en que las leyes se pueden dejar de lado con tal de gobernar (73%); los fallos del gobierno no son errores del presidente Chaves (50%); el presidente y su gobierno no son responsables de que el costo de vida no disminuya (58%).

De acuerdo con expertos, estos datos revelan una polarización de la ciudadanía en temas políticos. “La elección de líderes con respaldo personalista suele asociarse con una serie de resultados negativos, como la expansión del populismo, la polarización política, la insatisfacción con la democracia y la decadencia democrática (Karnitschnig, 2019)”.

Ad image

Compartir: