En 1985, pensar en abrir un restaurante con platillos gringos era muy innovador, pero también arriesgado.
Carlos Felipe Huezo, empresario nicaragüense, se tiró al agua y abrió Friday’s. El resto es historia.
Huezo no solo fue revolucionario en aquel momento, sino también cuando se echó un pulso contra el Estado por la expropiación de su icónico local, ubicado en la rotonda de la Bandera, para la construcción de la Circunvalación norte.
Allí, el restaurante operó durante 35 años, hasta que el 29 de noviembre del 2019, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) demolió el local.
Huezo no se dio por vencido y el 29 de mayo del 2020, en lo más y mejor de la pandemia por COVID-19, aperturó Friday’s, en Los Yoses.
Ahora, justamente cuando el negocio celebra su 40 aniversario, decide girar sus esfuerzos hacia otro rumbo: acogerse a su retiro y disfrutar de su familia, pero sobre todo de su primer nietito que lo tiene vuelto loco.
Por ello, puso a la venta el emblemático restaurante y así, Friday’s se despide de su tata y busca un nuevo dueño.
“Con muchos sentimientos jugando dentro de mí, tomé la difícil decisión empresarial y personal de poner en venta el restaurante, que siempre será una parte fundamental de mi vida, la de mi familia y un legado que llevo en el corazón por siempre”, afirmó.
El empresario aclaró que no se trata de una franquicia, por lo que no hay intervención de terceros en la operación del restaurante, ni tampoco hay que pagar por una licencia u otro derecho (lo que se conoce como royalties).
El local mide 740 metros cuadrados, tiene capacidad para 140 comensales, el diseño del local mezcla lo urbano, lo industrial con el bistró americano, tiene patio con deck y un rancho con capacidad para 80 personas, así como una barra central para 12 personas.
Histórico
Huezo recuerda que Friday’s comenzó cuando después de varias noches de salir de clases de la Universidad de Costa Rica (UCR) hacia su casa vio un rótulo en el que se alquilaba la propiedad.
Su menú estilo americano estaba compuesto de enormes hamburguesas, aros de cebolla, hongos empanizados, margaritas, yardas cerveceras, el famoso pollo dijon, los cortes de carne americanos y otros platillos clásicos.
“Fue una propuesta verdaderamente innovadora para la época. Introdujimos con gran éxito lo que más tarde se denominaría comida casual, pero con un sello tico muy propio”, detalla.
Luego incorporaron corrientes gastronómicas más contemporáneas de Argentina, Italia, Asia y Perú.
Quienes tengan interés en el mítico restaurante pueden contactar directamente al empresario al WhatsApp 8383-5317 o al carlosfhuezo@proton.me