Mauricio Alvarado Pizarro cumpliría 43 años este miércoles.
Por esas cosas extrañas de la vida, su familia lo sepultará en medio de un día que se suponía debía estar lleno de felicidad.
Alvarado Pizarro descansará por siempre en su natal Santa Cruz de Guanacaste.
Dos hombres lo asesinaron de cuatro balazos (uno en la cabeza y tres en el pecho) la mañana del martes anterior, mientras corría por una acera de La Trinidad de Alajuela, cerca del Walmart, para tratar de agarrar el bus e ir hacia su trabajo, en el edificio central de la Caja Costarricense del Seguro Social, donde se desempeñaba como ingeniero informático.
Las razones por las que lo mataron son confusas; en apariencia los gatilleros lo habrían confundido con algún rival de El Infiernillo, sin embargo esta versión está bajo investigación.
La víctima deja cinco hijos y su fallecimiento causó tal conmoción entre sus compañeros de trabajo que la CCSS asignó un psicólogo al departamento para que los funcionarios pudieran calmar su sufrimiento.
Desde pequeño, Alvarado Pizarro venció la adversidad. La leucemia acompañó su niñez y pudo superar el cáncer gracias a la seguridad social del país.
Luego, emprendió un viaje hacia sus sueños. Se formó como profesional y se consolidó en su puesto en la Caja. Lamentablemente, fue víctima de la inseguridad que se acrecienta desde hace muchos años.
Este miércoles, amigos y seres queridos lamentan su partida y no poder desearle un feliz cumpleaños en vida.
