Adaptado de agencias
Asumió el liderazgo de la Iglesia católica en uno de los momentos claves de su historia al morir el Papa Viajero, Juan Pablo II, que marcó al mundo.
El cardenal alemán Joseph Ratzinger, elegido como el sucesero de Pedro en El Vaticano el 19 de abril del 2005, emprendió una lucha que, como Benedicto XVI, le significó su renuncia casi ocho años después (el 28 de febrero del 2013) a su pontificado.
Con su partida, este 31 de diciembre del 2022, a los 95 años, es inevitable recordar cómo emprendió un análisis meticuloso sobre los principales escándalos de pederastía clerical.
El primer golpe en la mesa lo dio en el 2010 al condenar a Marcial Maciel, depredador mexicano y consejero del papa Juan Pablo II, reseñó eldiario.es.
Eso marcó un punto de inflexión en medio de escándalos de esa naturaleza que se fueron agigantando con el paso del tiempo. Ratzinger se vio desbordado y con poco apoyo del seno de El Vaticano.
Medios internacionales aseguran que un informe que encargó Benedicto XVI, elaborado por tres cardenales y cuya extensión es de 300 páginas, que se mantiene guardado bajo siete llaves, fue una señal suficiente para renunciar como máximo representante de la Iglesia al no “sentirse con fuerzas”.
Su salida marcó un antes y un después. Desde 1296, cuando Celestino V dejó el puesto, un papa no se hacía a un lado.
El mandato de Ratzinger se dio marcado por escándalos de corrupción y disputas de poder en la curia, a través de filtraciones de documentos llamados Vatileaks, y con la explosión de los casos de pederastía en todo el mundo.
Como papa habló continuamente de la “alegría de ser cristiano” y dedicó su primera encíclica al amor de Dios. “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona”, escribió.