*Por José Eduardo Mora
Especial para ¡Qué Torta!
El fútbol de Costa Rica está plagado de desafíos, pero hay uno que sobresale de entre todos y es su necesidad de contar con una infraestructura idónea.
La final de la Liga de Ascenso entre Santa Ana y Jicaral, dos equipos que sabemos hacen un esfuerzo extraordinario, pone de manifiesto que al día de hoy ninguno posee un estadio con las características que debe tener un inmueble para la Primera División.
Muchos equipos de la máxima categoría tampoco disponen de una infraestructura adecuada, sea porque carecen de iluminación, tienen una cancha sintética o sus instalaciones tienen inconsistencias.
El asunto es más serio de lo que parece, porque se necesitan condiciones idóneas para que los jugadores puedan desarrollar su máximo potencial.
Y ni se diga lo que sucede con los espacios dedicados a las ligas menores, porque todavía, en muchos casos, los equipos carecen de ellos.
Una mirada breve al pasado nos indica que dadas las urgencias y las penurias, los dineros provenientes de los Mundiales se esfumaron sin que se invirtiera en infraestructura, indispensable para que un proyecto tenga éxito.
De ahí que debería haber un plan integral por parte de la Fedefútbol y la Unafut para que los equipos verdaderamente posean campos a la altura de los tiempos y ya es hora de dejar esos jueguitos del Comité de Licencias, de que aquí falta una línea, de que el marco tiene 00,1 centímetro de más o de menos. El tema reclama mucha competencia y seriedad.
Se debe, por tanto, dar ese gran paso para que el gran talento que posee el país pueda desarrollarse, al tiempo que los aficionados puedan disfrutar de instalaciones a la altura de los tiempos actuales.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.