*Por José Eduardo Mora
Especial de EL JORNAL para ¡Qué Torta!
El blindaje de Luis Fernando Suárez es político, más que económico. Esos $400.000 (¢216 millones) de la cláusula de rescisión no son el principal obstáculo.
En realidad, la mayor barrera para su salida es un presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, que no quiere aceptar que se equivocó, primero contratándolo y después renovándolo.
Aquí estriba el mayor problema y, mientras tanto, seguimos como el Titanic, hundidos en el fondo del mar por las malas decisiones y una Selección que cada vez juega peor y que ya perdió la credibilidad entre la noble afición costarricense.
La afición está tocada, porque sabe que la Selección le cuenta cuentos chinos. De todo lo que le dicen y oye, muy poco coincide con la realidad. El hermosísimo panorama que le pintan no aparece por ningún lado.
Todas las bondades en ligas menores, el manejo, los acentos que se utilizan para contarles las maravillas en el proyecto Gol, etc., etc., contrastan terriblemente con la realidad del día a día.
Hoy, Costa Rica está para jugar con Nicaragua, quiero recalcar esto para que sepamos dónde estamos, quizá con Puerto Rico, Belice, aunque no estoy tan seguro, a lo mejor Belice nos saca ventaja por su poderío físico.
Hacia ese rincón oscuro han querido llevar a la Selección y ahí la tienen. La Federación no escucha el clamor de la afición, solo le interesa cuando le tiene que vender entradas. Nada más. No se ilusione afición, porque esa es la triste y demoledora realidad.
Eso de que la Selección es el equipo de todos es un doble cuento chino. Una mentira tan grande como las torres gemelas de Kuala Lumpur.
Pero volvamos al meollo del asunto: el mayor blindaje de Suárez no es la cláusula de rescisión, es una dirigencia que se acostumbró a perder y a la que le parece genial que la Selección vaya de ridículo en ridículo.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL