"El problema de la idealización del pasado nos pone en presencia de la paradoja del tiempo: el pasado tal como nos ha seducido fue libertado y purificado por nuestra imaginación creadora de todo lo que traía de fealdad y de injusticia". Nicolás Berdiaev, El hombre y la máquina.
*Por Manuel Benavides Barquero
Sacerdote e historiador
En el 2023, después de la celebración cartaginesa de la Independencia correspondiente al 14 de setiembre, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, recibió un fuerte regaño por haber dicho que nos había llegado regalada y pacíficamente.
Un famoso historiador hizo el papel del “corregidor” colonial. Temiendo que en los meses de setiembre y octubre del 2024 ya no solo este historiador, sino también algunas agrupaciones de Cartago vuelvan a recetarnos sus interpretaciones históricas equivocadas, quisiéramos intentar corregir al “corregidor” y a sus discípulos.
Es admirable cómo desde la libertad humana las fechas se vacían del contenido original y se coloca en su lugar el nuestro, según conveniencias e intereses personales o de grupo. Lo que le preocupa a uno es que para la mayoría puede pasar como algo normal y correcto, a pesar de estar plagado de equivocaciones.
Viendo los toros desde la barrera, los de hace más de 200 años y los del presente, hay algo que no ha cambiado: la libertad humana, que es capaz de llevar agua a su molino sin importar la división que cause.
Eso mismo hicieron en el proceso de Independencia la mayoría de actores a los que nos han enseñado a darles culto y otros más que han ido saliendo a flote con nuevas investigaciones.
Ha sido corregido el presidente de la República por el “corregidor”, ha sido regañado y no sé si insultado.
La base del regaño es la figura de Pablo Alvarado. Por si alguien tiene algún mal pensamiento, quiero aclarar que la intervención mía en este caso no pretende defender a nadie del presente y sí aclarar desde la ciencia de la Historia, hasta donde se pueda, la imagen de un muerto y defenderlo de las “resurrecciones” falsas que le aplican en el presente.
La propuesta es desde los fundamentos históricos y, ojalá, que los que quieran participar en este escenario lo hagan desde esos cimientos de forma seria.

Don Óscar Aguilar Bulgarelli sigue defendiendo a su héroe Pablo Alvarado y parece ser que cada setiembre toparemos con la misma historia.
Con base en su última obra sobre Pablo Alvarado intentaremos pedirle al corregidor más seriedad en sus ensayos históricos y darles las razones documentadas del porqué de esa petición.
Empecemos con una: su libro está muy lleno de teorías y suposiciones. Es común encontrarse en él con expresiones como “supuestamente”, “muy posiblemente”, las razones “no están claras”, “podemos especular un poco”, “por alguna razón que no se trasluce en el documento”, “posiblemente le resultaba”, “nos aventuramos a pensar en la siguiente hipótesis” y más.
Una investigación histórica seria sabe que esas expresiones no se deben usar, pues no solo delata falta de documentos que las respalden, sino también que abre la puerta, siempre tentadora, a la opinión e imaginación personal.
Se pueden usar de vez en cuando y con una advertencia muy clara al lector de que es una suposición, corriendo el riesgo, además, de que tanto los que son historiadores, como los que no lo son, en el siguiente escrito quiten lo de la suposición y lo afirmen sin ninguna reserva, como pasó en uno de los programas de “Informe 11, las historias” de setiembre del 2023, en el que ya se afirmó sobre Pablo Alvarado la mayoría de esas suposiciones sin lugar a dudas.
Indiquemos algo sobre la próxima entrega. Los de aquella época reconocieron claramente que la Independencia les había llegado regalada sin mediar sacrificios humanos. Y no solo a Costa Rica, sino también a todas las provincias del Reino de Guatemala. Así que el equivocado no fue el presidente, sino Aguilar Bulgarelli.
*El autor es académico correspondiente de la Academia de Historia y Geografía de Guatemala
Premio Cleto González Víquez 2022 de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica.