*Por Manuel Benavides Barquero
Sacerdote e historiador
Entregas antes se habló de la táctica de los de aquel tiempo de la reinterpretación del pasado cercano en favor de sus posturas políticas, aunque ya era una manipulación que falseaba la realidad.
Lo expuesto sobre las protestas de Pablo Alvarado ante su próxima salida del Congreso ofrece una oportunidad para escuchar de su propia pluma una reinterpretación que ocultó la verdad a sus compatriotas que estaban muy lejos.
En una carta que envió en 1825 al jefe de Estado de Costa Rica, van y vienen acusaciones de todo tipo, algunas faltan a la verdad.
Por ejemplo, dijo que ante la amenaza de una invasión mexicana, con complicidad de los serviles, no se habían comprado armas para defender a la República, sin embargo, por lo menos, al diputado costarricense Policarpo Bonilla, en 1824, se le compraron 590 fusiles, es decir, no era tan cierta su afirmación.
En esa carta hace un repaso de aquella historia, desde su punto de vista, en que solo él aparece como el esforzado luchador y visualizador de la realidad presente y futura.
Por su propia boca se sabe que protestaba contra todo y esta fue su versión de lo mencionado en la entrega anterior sobre el sorteo realizado para que saliera del Congreso un diputado costarricense, como mandaba la ley: “Una de ellas es el modo de sortear los diputados que de este congreso han de quedar para el futuro, porque es inútil, capcioso, inconstitucional y más bien una elección disimulada que un sorteo”.
Es interesante su versión, porque solo cuando la forma del sorteo lo afectó a él se quejó.
Seguidamente dijo que ha protestado porque el Congreso lo oprime, lo interrumpe y le impide hablar; el problema es que él tomaba la palabra sin pedirla y, por lo demás, de manera violenta e insultante. Eso no lo mencionó en su carta. La reinterpretación como técnica política fue muy interesante, como se ve a simple vista.
Esta carta es una buena muestra de las obsesiones de Pablo Alvarado; saber cuánto más, cuánto menos, le corresponde a sus biógrafos con fuentes de archivo y no con deducciones y opiniones personales.
Los cinco puntos que al final de su carta recomienda diplomáticamente a los costarricenses para que los impongan a sus diputados en el Congreso Federal son una buena muestra, pues reflejan un estilo y forma de proceder que provocó hasta entre los diputados de Costa Rica un rechazo a su persona.
Entre esos cinco puntos pidió que se les solicitara guardar una armonía fraternal, de manera que “han de conferenciar siempre entre sí las proposiciones y peticiones que han de hacer al Congreso, ya sea en bien de nuestro Estado o de la nación”.
Como se verá, hasta su hermano José Antonio tuvo que faltar a esa posibilidad en contra de su hermano.
*El autor es académico correspondiente de la Academia de Historia y Geografía de Guatemala. Premio Cleto González Víquez 2022, de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica.