Si hay algo que los costarricenses pueden estar seguros es que el gobierno de Carlos Alvarado Quesada reforzó la vigilancia a lo largo de los 309 kilómetros de la frontera con Nicaragua.
También es cierto que hay decenas de puntos ciegos que aprovechan los extranjeros para ingresar ilegalmente al país, pero conforme avanza la emergencia nacional por el COVID-19 las autoridades han tratado de tapar esos boquetes.
Conste, esto no significa que se haya frenado el paso de los indocumentados. ¿Cuántos? No hay precisión, porque hablamos de una actividad ilegal.
Para muestra, un ejemplo. El reportaje que ¡Qué Torta! publicó la semana anterior en el que se comprobó el ingreso de una decena de nicaragüenses por un punto ciego. Se cree que fue por el río Medio Queso, en Los Chiles de Alajuela, que desemboca en el río San Juan.
La pregunta del millón de colones es: ¿qué pasará cuando termine la crisis que desató el brote?
Se podría interpretar que todo volverá a la normalidad. ¿Qué es la normalidad? Que haya una franja de decenas de kilómetros sin vigilancia, por la libre y a la mano de Dios.
Que la circulación y el ingreso de indocumentados sea mayor, la típica de siempre. Esto se desprende de las declaraciones del ministro de Seguridad, Michael Soto, quien reconoció en conferencia virtual que la zona se ha reforzado por esta situación extraordinaria con personal que no es de fronteras.
Una vez que pase el huracán COVID-19 todos volverán a sus puestos originales.
Mayor rechazo
El Miércoles Santo, la Dirección de Migración y Extranjería distribuyó varios videos en los que se aprecia cómo circulan embarcaciones hasta el alma de nicaragüenses (unos 50 por viaje) por el río San Juan.
En ese reporte, la institución precisó que uno de los puntos más utilizados para el tránsito de “mojados” es por la zona de Sarapiquí, en sectores cercanos al río San Juan, Trinidad, Las Marías, La Tigra, Fátima y Boca Sarapiquí.
Con solo la presencia policial, las lanchas pasaron de largo y ni siquiera hubo intento de acercarse a la orilla, por lo que siguieron rumbo a San Juan del Norte, Nicaragua.
La vicepresidenta, Epsy Campbell, informó este Viernes Santo que la Policía de Tránsito interceptó 60 carros donde se movilizaban nicaragüenses de forma ilegal en la zona norte.
A los choferes los multaron, les quitaron los vehículos y a los migrantes los detuvieron y rechazaron.
Las autoridades habilitaron una base aérea alterna en el puesto fronterizo de Las Tablillas, en Los Chiles de Alajuela, para “peinar” constantemente el largo y ancho de la frontera.
Incluso, a los operativos los bautizaron como “Fronteras Seguras”. Campbell reportó el rechazo de 5.357 extranjeros (corte corresponde a la tarde del Viernes Santo), mientras que Migración iniciará el trámite de cancelación de estatus a 1.350 residentes o con permisos de trabajo, a quienes se les impidió el reingreso a territorio nacional.
Esto al menos durará hasta el 30 de abril, si no se amplían las medidas. ¿Y después? Todo será igual que antes.