La emergencia que se desató en el Liceo de San José de Upala, Alajuela, zona norte del país, como consecuencia de la regazón química que ocasionó un dron en un arrozal dejó con el pelo parado a la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz).
El Ministerio de Salud agarró el sartén por el mango y suspendió, de un solo tiro, cualquier fumigación en la finca donde se generó el problema que afectó a 19 estudiantes, que se intoxicaron por el efecto de los agroquímicos, el miércoles 22 de agosto del 2023.
Conarroz se disculpó por el incidente que protagonizó “un microproductor” de la zona.
“Indagaremos lo ocurrido para velar por la salud de las personas, como prioridad absoluta, tratando de evitar que este tipo de situaciones se repita”, destacó la organización en un comunicado de prensa.
Salud revisó el lugar y determinó que el aparato esparció los siguientes productos: Kasumin 2 – bactericida fungicida, Keyplex 350 DP, Manver zinc 9.6., Manver potasio y Bayfolan-abono foliar.
La orden de las autoridades aplica a los arrozales de San José de Upala y se mantendrá hasta que el Ministerio de Agricultura y Ganadería dé el visto bueno para que se reanude la actividad.
Si se comprueba incumplimiento se decomisarán las herramientas, productos y equipo de fumigación; además se sancionará con una multa de ¢462.200 y una denuncia penal.
“Estamos en la obligación de tomar todas las medidas sanitarias necesarias para prevenir y mitigar el riesgo o daño a la salud, en procura del bienestar de las personas que radiquen en el territorio costarricense ante los posibles efectos por el uso de agroquímicos”, afirmó la ministra de Salud, Mary Munive.
Los menores afectados tienen entre 13 y 15 años. Ellos presentaron síntomas como náuseas y dolor de cabeza. A once de ellos los llevaron rápido al hospital de Upala.