La segunda contaminación por hidrocarburos en cuestión de nueve meses de las nacientes en Coronado, que suplen de agua la planta potabilizadora de El Alto de Guadalupe, tienen un elemento en común: nadie sabe quién es él o los irresponsables del acto.
El presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AYA), Juan Manuel Quesada Espinoza, precisó que denunciaron ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) la acción de los criminales con el objetivo de que se persigan “a los delincuentes”, sin embargo, el trámite es contra ignorado, es decir, sin nombres y sin apellidos de los sospechosos.
El aviso de la nueva emergencia surgió la noche del viernes 13 de setiembre del 2024, cuando, según las autoridades, se disparó una alarma de un equipo que detectó el ingreso de agua contaminada a la planta.
De acuerdo con la declaración de Quesada de este 15 de setiembre, en conferencia de prensa, se cerraron todas las llaves y ese líquido no llegó a ningún hogar de las más de 120.000 personas que reciben el servicio entre Goicoechea, Moravia y Tibás.
El jerarca indicó que ya se abrieron las llaves otra vez para que se rellene de agua la planta y se normalice el servicio en las próximas horas.
La primera contaminación ocurrió la última semana de enero del 2024 y le costó el puesto a Alejandro Guillén, quien debió renunciar a la presidencia ejecutiva por el pésimo manejo que hubo.