*Por Ariana Cabezas Mejía
“Nos sentimos burlados”. Así se desahogó doña Evelyn Pérez Castillo ante la situación que enfrenta su esposo, Víctor Hugo Montero Hidalgo, en el Hospital México.
Este hombre suma 23 días en el centro médico a la espera de una cirugía de reemplazo de batería para el desfibrilador automático que la da vida a su corazón.
Cuando todo parecía indicar que al señor, de 65 años, lo iban a intervenir este miércoles una nueva sorpresa se llevó su familia, pues los especialistas determinaron que le deben cambiar todo el dispositivo en vez de solo la batería.
Lo peor es que en Costa Rica no hay de ese tipo de desfibrilador y ahora deberá esperar cuatro días más para que un médico lo traiga del extranjero.
La Defensoría de los Habitantes y el director del Hospital México, el dr. Douglas Francisco Montero, aseguraron el martes que el paciente sería operado ya que se iba a gestionar una compra extraordinaria para la batería.
Aunque el panorama era prometedor para don Víctor, el asunto se complicó ante un diagnóstico impreciso.
Al adulto mayor lo prepararon para cirugía en la mañana y le cambiaron tres veces la hora de la intervención, pero al mediodía los doctores la suspendieron.
La noticia le cayó a doña Evelyn como un balde de agua fría, al igual que a toda la familia ya que les parece incongruente que después de tantos días de internamiento hasta ahora los doctores se dieran cuenta que el desfibrilador automático, y no la batería como se pensó por tanto meses, es lo que necesita cambio.
Este miércoles, con la esperanza de la cirugía, toda la familia se trasladó desde Quepos para estar cerca de don Víctor, por lo que el cambio repentino de los doctores molestó a sus familiares, quienes están desesperados.
*Periodista