Carlos Alvarado anunció que el 9 de mayo del 2022, una vez finalizado su periodo, renunciará a la pensión de lujo de expresidente que le corresponde por ley.
El mandatario había adelantado algo de su decisión en una entrevista con Ignacio Santos, director de Telenoticias canal 7, durante la edición estelar del martes anterior.
“Las pensiones son para proteger y no para enriquecer”, publicó el presidente en su perfil personal de Facebook.
Diversos sectores han criticado en los últimos meses que Alvarado no tuviera una posición clara con respecto al tema y siempre respondió con evasivas ante los cuestionamientos de si iba a renunciar a la pensión vitalicia, que actualmente reciben seis exmandatarios (Laura Chinchilla, Óscar Arias, José María Figueres, Abel Pacheco, Rafael Ángel Calderón y Luis Guillermo Solís).
De acuerdo con la norma vigente, el monto que reciben es igual al del salario de un diputado. Esto quiere decir que para el 2022 esa cifra superaría los ¢4 millones.
Alvarado cometió una imprecisión en la conversación con Santos al decirle era la primera vez que le preguntaban directamente si iba a renunciar a la pensión.
La primera vez que se le planteó ese cuestionamiento al presidente fue el 26 de abril del 2018, cuando ni siquiera había asumido el poder. En aquel momento recibió la credencial del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), que le reconocía su triunfo en segunda ronda.
Ese día, el mandatario gambeteó el tema de forma magistral al tirarles la bola a los legisladores que la decisión de si recibía una pensión o no quedaba en sus manos y en si cambiaban la ley.
De ahí en adelante, se refirió al asunto al menos un par de veces más públicamente y lo hizo de la misma forma.
“Yo no tendré la pensión, esperaré a tener la edad para pensionarme como todos los costarricenses. Iré a buscar trabajo como cualquier costarricense que se tiene que ganar su vida”, expresó Alvarado al director de Telenoticias.
El Gobierno anunció que los ¢12.000 millones que generará el último recorte a las pensiones de lujo serán destinados a combatir la pobreza.