Fuerzas especiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), así como de la Fuerza Pública rastrearon cada rincón, por tierra y aire, de lugares como Guápiles, Cariari y Puerto Viejo en busca del temido Diablo.
Este fin de semana hubo una presencia policial extraordinaria ante la amenaza del capo, que circuló por WhatsApp en varios audios en los que sus colaboradores informaban que se ofrecía más de ¢5 millones por la cabeza de cada policía.
Hasta el momento, el Diablo y su pandilla están bien escondidos.
Para el ministro de Seguridad, Michael Soto, es una prioridad cazar al criminal al que calificó como “el más buscado” del país.
“No podemos permitir estas amenazas a funcionarios públicos policiales”, aseguró el jerarca.
En los mensajes de voz se escucha perfectamente la voz de un hombre que garantiza el pago del “patrón”: “A nadie se le va a quedar mal con esa plata, ustedes saben que plata es lo que más hay”.
El director del OIJ, Wálter Espinoza, aseguró la tarde del viernes anterior a través de un video que ha habido un incremento considerable de la violencia en varias comunidades del Caribe como Matina, Guápiles, Siquirres y Sarapiquí.
Incluso citó una situación en particular que ocurrió ese día cuando a una mujer le amputaron dos dedos en un caso relacionado directamente con narcotráfico.
Espinoza explicó que la presencia policial se extenderá por varios meses para “bajar la presión social” que incide en la violencia.
Agregó que los grupos criminales que han difundido esos audios están debidamente identificados y que hasta han obtenido teléfonos de policías para amenazarlos de muerte.