Taiwán, la isla rebelde así llamada por China, soltó la última bomba relacionada con la pandemia de COVID-19.
Sin mucho rodeo, el gobierno publicó el correo que le envió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre del 2019, en el que advertía de siete casos de neumonía atípica en Wuhan, epicentro del brote de COVID-19.
The facts regarding #Taiwan’s email to alert #WHO to possible danger of #Covid_19 https://t.co/NNpFjvaHXO pic.twitter.com/7YVuthjFzP
— TaiwanCDC (@Taiwan_CDC) April 11, 2020
El texto del correo es el siguiente:
“Fuentes de noticias indican hoy que al menos siete casos de neumonía atípica fueron reportados en Wuhan, China. Sus autoridades sanitarias respondieron a los medios que no creían que los casos fueran SARS; sin embargo, los ejemplos están todavía bajo estudio y los casos fueron aislados para tratamiento. Agradecería mucho si tienen información relevante para compartir con nosotros. Muchas gracias por su atención en este asunto”.
A partir de ese momento, el gobierno taiwanés sospechaba que la enfermedad se transmitía de persona a persona y asegura que la OMS no comunicó la información a otros países.
En los últimos días, Chen Shih-chung, ministro de Salud de Taiwán, denunció ante los medios la falta de acción de la OMS.
Mientras que David Lee Ta-wei, ministro de Relaciones Exteriores, hizo pública la advertencia enviada al organismo internacional.
Ante la denuncia internacional de Taiwán, el director de la OMS, Tedros Adhanom, manifestó que el gobierno que lo acusa está haciendo “ataques racistas”, a lo que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, contestó: “Siempre nos hemos negado a este tipo de discriminación porque sabemos en primera persona lo que es sentirse totalmente aislado”, refiriéndose a que Taiwán no es estado miembro de la OMS por presión de China.
Taiwán, que cuenta con 24 millones de habitantes, fue uno de los primeros países en contener con éxito la propagación del coronavirus.
Actualmente tienen apenas 393 casos confirmados y solo seis muertos a pesar de que el COVID-19 ya tiene tres meses en el territorio, que está relativamente cerca a Wuhan.
Esta contención de la enfermedad probablemente se debe a que las autoridades tomaron en serio el potencial infeccioso del coronavirus.
“El día en que se envió el correo electrónico mencionado a la OMS, el gobierno de Taiwán activó el control fronterizo mejorado y las medidas de cuarentena basadas en el supuesto de que la transmisión de persona a persona estuviera ocurriendo. Estas medidas incluyeron la detección de pasajeros en vuelos desde Wuhan antes del desembarque”, indicaron en un comunicado los Centros de Control de Enfermedades del país.
Con información de agencias.