El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), dio a conocer que de acuerdo con los análisis de laboratorio la contaminación en el río Barranca comenzó a disminuir. El sábado 27 de julio ocurrió un derrame químico que obligó a cortar el suministro de agua y a suministrarla a las comunidades de Puntarenas y Esparza por medio de cisternas.
Juan Manuel Quesada, presidente del AyA, aseguró que la institución actuó con rapidez en evitar que la contaminación se extendiera al acueducto y con eso protegió la salud de 101.000 personas. Mientras tanto, se pusieron en servicio 15 camiones cisterna, 17 vehículos pick up y tres camiones para brindar agua a los afectados.
El AyA también instaló 29 tanques de agua potable en puntos estratégicos de la zona y conectó los sistemas de acueductos para poder llevar agua a más de 25.000 personas de Chacarita, El Roble, Barranca, Jireth y parte de Juanito Mora, quienes en los próximos días contarán con el servicio de forma intermitente.
La sustancia que se derramó es el fungicida Mancozeb, que puede provocar irritación en piel y ojos, náuseas, vómitos y convulsiones. El lunes el nivel de contaminación era de 39.777 microgramos por litro, pero el martes se calcularon en 629 microgramos por litro, o sea que río se va limpiando. El máximo para que sea de consumo humano es 0.1 microgramos por litros.
“Estos últimos resultados nos tienen muy optimistas, si todo sigue a como pensamos muy pronto podríamos volver con la operación de los sistemas. Sin embargo, quiero reiterar que hasta no estar totalmente seguros de que el agua está libre de contaminante seguiremos con las medidas tomadas hasta ahora”, dijo Quesada.