La famosa ferretería y depósito El Guadalupano, en Guadalupe centro, Goicoechea, que tenía 79 años de existencia, se fue apagando poco a poco hasta que cerró de manera definitiva el sábado 2 de julio del 2022.
Desde hace más de un año, el comercio atravesaba una difícil situación económica por lo que, durante un proceso paulatino, despidió a unas 200 personas que trabajaban en la sucursal de Calle Blancos, Purral y la sucursal central, ubicada 100 metros al norte la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe.
Al final, en los últimos meses solo quedaron 25 personas laborando en El Guadalupano, donde ofrecían artículos de ferretería, materiales de construcción, acabados y decoración, entre otros.
Según contó a ¡Qué Torta! una persona que tenía casi 10 años de trabajar en El Guadalupano, y quien no quiso ser identificada, los dueños les garantizaron todas las prestaciones de ley; sin embargo, les pagarán su liquidación en tractos, cuyo primer pago sería en agosto.
“Dependiendo el monto de la liquidación se va a pagar en cuatro tractos. Se nos aclaró que como tienen varias propiedades, si logran vender una nos podrían pagar antes. Nos despidieron el 30 de junio, rige un mes de preaviso y nos pagan el primer tracto en agosto”, comentó.
En los últimos días han realizado labores de inventario, liquidando producto y, además, toda la mercadería que queda en la sucursal de Guadalupe está siendo empacada porque la van a trasladar a un edificio en el que están materiales como tubería, arena y piedra, pero al público está cerrado definitivamente.
“Es bastante difícil, había empleados que tenían hasta 20 años de trabajar ahí. Esos lugares se terminan convirtiendo como parte de una familia. Yo les agradezco a ellos (los dueños) que nos dieron la oportunidad de sentirnos como en familia. A pesar de la falta de presupuesto uno se sentía apoyados por ellos, teníamos la esperanza de tratar de salvarlo, pero bueno, no se pudo”, dijo el trabajador con tristeza.
A los desempleados se suman quienes hacían fletes, que se ubicaban alrededor de El Guadalupano, en la sucursal central, para atajar a clientes y realizar los traslados. Se estima que se afectan unos 15 transportistas. También, se impactan otros comercios cercanos como sodas, que dependían del intenso movimiento del centro ferretero.
Se intentó conocer la versión de Ricardo Quirós, hijo de uno de los socios, sin embargo, si bien respondió una llamada hecha por este medio el 12 de julio, a las 5 p. m., dijo que quien daría declaraciones sería otra persona (lo identifico como Wálter) y que nos daría el número de teléfono, pero no respondió más.
“Ha sido muy doloroso, porque es el legado de mis papás. Vamos a hablar, no tenemos nada qué esconder. Yo voy a salir de San José mañana y estoy enredado, pero ahorita voy a una reunión y voy a exponer el tema, póngame un mensaje para que le atienda Wálter”, dijo Quirós, pero no se logró ninguna otra comunicación con él.
¿Qué pasó?
Según detalló la fuente, la pandemia por COVID-19 les golpeó muy duro; aún así, durante el 2020, si bien rebajaron jornadas a los trabajadores, no les dejaron de pagar, ni los despidieron, aunque los recortes comenzaron entre julio y agosto del 2021, es decir, poco más de un año después de iniciada la crisis por el virus.
En versiones extraoficiales se habla de que, antes de que falleciera el gerente Gilberth Quirós, precisamente por COVID-19, ya se había desligado del negocio y fue allí cuando comenzó una decadencia en el negocio debido a una muy mala administración, además, estaban involucradas muchísimas personas, todas familiares entre sí, quienes no se ponían de acuerdo para la toma de decisiones.
Quirós era hijo de los fundadores, luego el comercio pasó a manos de sus hijos, pero también participaban nietos y otros miembros más. Supuestamente, había constituida una sociedad, con bastantes socios y todos con sus acciones.
El trabajador dice que les informaron que El Guadalupano desaparecía por un “cierre comercial”, no una quiebra, por tanto, deben afrontar los pagos legales a proveedores y trabajadores.
Este medio acudió a la oficina de prensa del Ministerio de Hacienda para consultar cuál fue el arreglo al que llegó, mucho antes del cierre, El Guadalupano con las autoridades tributarias por una deuda gigante por impuestos. A la fecha, no se había recibido la respuesta.
“En la carta de despido se indica que es un cierre comercial por COVID-19 y por la situación a nivel construcción”, afirma.
Un extrabajador, que tampoco quiso ser identificado mencionó que “El Guadalupano hace tiempo arrastraba muchos problemas, mucha división interna en la administración y mucha improvisación”.
Fin del legado
El Guadalupano era una empresa familiar y costarricense que se convirtió en un punto de referencia y de compra de habitantes del cantón y clientes de diversas partes del país.
En el sitio web del comercio, que todavía está habilitado, se indica que la empresa nació en abril de 1943, es decir, tenía 79 años de existencia.
La ferretería fue fundada por el señor Juan Quirós Rojas y la señora Rosario Coto Pereira, quienes vivían en Cartago, pero se trasladaron a Guadalupe.
Como debían hacer un agregado en su casa en el barrio Santa Cecilia, llevaron madera de un aserrado de Cartago y dejaron el material a vista de quienes pasaban por la vivienda y preguntaban si lo vendían y así nació El Guadalupano.