*Por José Eduardo Mora
Especial de EL JORNAL para ¡Qué Torta!
Cada vez que la Liga y Saprissa pierden en el campeonato nacional es bueno para nuestro fútbol, porque significa que los pequeños levantaron la voz y los doblegaron.
Así que no entiendo mucho el revuelo que se ha levantado en relación con la derrota de la Alajuelense contra Guanacasteca (3-2): se toma nota y se pasa página, como insinuó con acierto el técnico Andrés Carevic.
Ningún equipo es infalible, incluido el manudo, que parecía que iba a llegar raudo a las semifinales e incluso a la final del Apertura, pero la verdad es que esta derrota, si sabe gestionarla, le puede venir bien.
Dicho lo anterior, lo realmente importante en el fútbol y en la vida es saber perder. Saber gestionar esas caídas. Un ejemplo claro de lo contrario, de no saber gestionar la victoria, es España, que ganó el Mundial Femenino y se le hizo un lío que los ha llevado a tomar determinaciones sinsentido, como dejar de llamar a sus selecciones masculinas o femeninas.
Así que saber gestionar la frustración es imprescindible en un mundo tan competitivo, pese a lo que es imposible ganar siempre.
Pedro Perico Delgado, ciclista de España, ganador del Tour, hoy comentarista, expresaba en una entrevista que los jóvenes tienen que aprender a perder, con lo que quería decir que debían saber convertir, con el tiempo, las derrotas en victorias.
Y sí, a mí me parece genial cada vez que Guanacasteca, Pérez Zeledón, Santos, Sporting, San Carlos, Puntarenas y Grecia les ganan a la Liga y a Saprissa, porque eso le da realce al torneo y porque obliga a los grandes a mejorar y a los pequeños les permite soñar.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL