Este jueves 8 de mayo del 2025, a las 18:08 hora local del Vaticano (10:08 a. m. hora de Costa Rica), el mundo católico recibió con júbilo la señal definitiva desde la Capilla Sixtina: la Iglesia católica eligió a su nuevo Papa.
El humo blanco de la cuarta votación confirmó que el cónclave alcanzó el consenso, y poco después el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, pronunció la histórica frase: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!”.
El elegido fue mons. Robert Francis Prevost, de 69 años, originario de Chicago, Illinois (Estados Unidos), quien adoptó el nombre pontificio de León XIV, convirtiéndose así en el 267º papa en la historia de la Iglesia.
Papa con sello histórico
La elección del nombre León XIV no fue casual: Prevost lo asumió en honor a León XIII, pontífice entre 1878 y 1903, recordado como el primero en ser filmado en video y por haber guiado a la Iglesia durante una época de intensos cambios al final del siglo XIX.
León XIV es el primer pontífice nacido en Estados Unidos, miembro de la Orden de San Agustín (OSA), donde ingresó como novicio en 1977 y profesó votos solemnes en 1981.

Se formó teológicamente en la Catholic Theological Union de Chicago, y su trayectoria incluye una marcada cercanía con comunidades en América Latina, donde también ejerció labores misioneras.
Un cónclave breve
La elección se produjo en el segundo día de deliberaciones del cónclave, que reunió a 133 cardenales de 70 países, convirtiéndolo en el más amplio y diverso geográficamente en la historia de la Iglesia.
Fue necesaria una mayoría de al menos 89 votos para alcanzar la elección, que se concretó tras cuatro votaciones, en un proceso comparable en rapidez al que eligió a Benedicto XVI en 2005.
La Plaza de San Pedro, repleta de peregrinos, estalló en vítores cuando se confirmó la fumata blanca.
Las campanas sonaron en todo el Vaticano, y cerca de una hora después, el nuevo Papa apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro, saludó a los fieles con una voz firme y ofreció su primera bendición ‘Urbi et Orbi’.
Un nuevo liderazgo para un mundo convulso
León XIV asume el timón del Vaticano tras el deceso del papa Francisco, quien dirigió a la Iglesia durante 12 años.
El nuevo pontífice hereda retos profundos: la reconstrucción de la confianza eclesial, el impulso de reformas, el papel de la mujer en la Iglesia, y el diálogo con un mundo polarizado, pero también ávido de esperanza.