Juan Alberto Obando Campos habría cumplido 55 años el pasado 10 de abril.
El vacío que dejó en su familia es enorme. Nada compensará su ausencia.
Lo asesinaron de una puñalada en el pecho un 11, número sinónimo de fatalidad para Nancy Briones y sus hermanos, quienes siempre vieron a Juan Alberto como su padre.
Un 11 de octubre del 2018 perdieron a su madre, Luz María Campos, de un solo golpe como consecuencia de un problema cardiaco. Prácticamente un año después, el 11 de diciembre del 2019, al chofer lo sorprendieron al menos dos hombres, mientras hacía tiempo dentro de un camión de carga pesada, pues tenía restricción. Debía dejar unos paquetes en la empresa Boston Scientific, en El Coyol de Alajuela.
Cada 11, Nancy y sus hermanos les dedican una misa a quienes los sacaron adelante por tantos años.
Ahora, ellos luchan porque se haga justicia con el crimen de Juan Alberto y no descansarán hasta lograrlo.
Por eso, buscan desesperadamente un testigo o una prueba de peso que relacione a los asesinos con el homicidio.
A familiares de la víctima les cuesta trabajo entender cómo nadie pudo ver algo o notar el ataque que sufrió entre las 5:30 p. m. y las 6 p. m., a un lado de la carretera General Cañas (San José – Alajuela), de ese 11 de diciembre del 2019.

Era hora pico, en un sitio abierto (Juan Alberto se parqueó a tan solo diez metros de la entrada del Centro Nacional de Convenciones) y hasta ahora ninguna persona ha aparecido para dar una descripción de los asesinos.
Varios conductores que pasaron por el lugar llamaron al 911 al ver que Juan Alberto estaba herido; nadie se detuvo a ayudarle, mientras él se ahogaba con su propia sangre. Quedó tirado en la calle.
Nancy y sus hermanos tratan de conseguir algún video que haya captado la agresión; en los alrededores hay varias cámaras, sin embargo, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) les han dicho que en ninguna quedó registrado el crimen.
Llama la atención que en el Centro Nacional de Convenciones nadie se haya dado cuenta del asunto y ni siquiera quedara grabado el asesinato en las cámaras que hay en el parqueo.
Celulares: piezas claves
A Juan Alberto le robaron, la tarde del 11 de diciembre del 2019, un bolso tipo canguro donde llevaba dos celulares y una billetera con parte del aguinaldo.
La última semana de febrero anterior, agentes decomisaron uno de los teléfonos a un guarda de seguridad que se lo compró a un reconocido topador de San José dos días después del crimen del camionero (13 de diciembre) y lo activó el 14 de diciembre.
La Policía Judicial recuperó el segundo celular en marzo anterior; lo tenía un nicaragüense con estado de refugiado.
El punto pendiente es determinar el rastro original de esos teléfonos que llevarían hasta los maleantes.
¡Qué Torta! consultó al OIJ de Heredia sobre el caso. Los encargados respondieron a través de la oficina de prensa que no darían detalles, pues es una investigación abierta.
Herida nunca cerrará
Alexánder Briones, hermano de Juan Alberto, explicó a este medio que a su familiar lo atacaron mientras estaba dentro del camión, que se cree que fueron dos hombres que lo bajaron a la fuerza y que lo llevaron hasta la trompa del vehículo.
“Ahí encontraron un menudo tirado y dos charcos de sangre. Él intentó subirse de nuevo al camión como para buscar ayuda, pero las fuerzas no le dieron y ahí quedó”, manifestó.
Alexánder trabajaba con Juan Alberto en la misma empresa de transporte de carga; aún conserva su puesto allí y cada día que pasa extraña más a su familiar.

A unos cuantos metros de donde sucedió el ataque está el puente peatonal al que llaman el del Real Cariari. Quien pasó por ese lugar entre 5:30 p. m. y 6 p. m. de ese 11 de diciembre del 2019 pudo observar claramente el asesinato.
Es por esto que Nancy implora la ayuda de la gente, que se manejará todo con absoluta confidencialidad para no afectar, ni meter en problemas a nadie. Lo único que desea su familia es justicia.
Ellos mandaron a hacer volantes y los han repartido en la zona donde ocurrió el crimen y en otras partes con tal de obtener información nueva.
“Me siento como amarrada de manos porque no he podido ayudar a a mi hermano. Siento que no está descansando en paz”, comentó Nancy.
Si usted sabe algo sobre la muerte de Juan Alberto comuníquese al 800-8000-645 del OIJ o al 6347-9542. Se lo van a agradecer.