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Reportaje: Esta es la verdad de la nube, lo demás es pura paja

Por Álvaro Sánchez, periodista

Durante 15 días escuché cómo el cocinero de mi restaurante hablaba sobre un proyecto de inversión al que le llamaban “la nube”.

Varias veces me comentó sobre el tema, me pidió que lo acompañara a reuniones para conocer más.

Si le interesa la nube escriba a: lanube.radgsb@gmail.com

Cuando me dijo que se trataba de ir subiendo en una especie de “pirámide” y que debía incluir a dos personas cada vez que ingresaba se me encendieron las alarmas. Lo primero que le dije fue: “Lo van a estafar”.

Como parte de una posible recolección de datos para una investigación periodística asistí después de mucha insistencia a una de estas reuniones, que se celebró en un rancho dentro de un condominio en Heredia. La persona que dirigía la reunión parecía creíble, incluso su relato resultaba inspirador, sin embargo, siempre se encienden las alarmas.

En Heredia ha habido reuniones.

El expositor relató que “la nube” nació durante la Segunda Guerra Mundial cuando las mujeres quedaban solas y no había alimentos entonces arreglaron que cada semana, entre todas, le darían una especie de diario a cada una.

Después, comentó esta persona, que el formato al cual también llamaban “amigos ayudando amigos” se jugaba en Canadá, pero con un monto de dinero de inversión mucho más alto, en ese caso $5.000.

Entonces, ¿cómo llegó esto a Costa Rica? Me preguntaba yo. En su exposición comentó esta persona que una familia de La Fortuna de San Carlos de apellido Zúñiga y que se dedica a la venta de propiedades recibieron en el país a un tico-canadiense llamado Luis Castro, que invertía en la famosa “nube” canadiense.

Hicieron algunas negociaciones para que miembros de la familia Zúñiga invirtieran en esa “nube” canadiense, pero con $1.000 y así, poco a poco, una parte de la “nube” empezó a nacer en La Fortuna de San Carlos hasta que actualmente se ha extendido por Alajuela, Santo Domingo de Heredia, Tibás, Cartago, Puntarenas, entre otros lugares.

Después de esa explicación empecé a escuchar sobre cómo funciona la famosa “nube”.

La nube está conformada por 15 personas. Una en la parte superior que se llama “cumpleañero”, dos debajo que son llamados “copilotos”, otros cuatro más abajo llamados “motores” y ocho en la parte inferior del esquema que se hacen llamar “línea base”.

Cada vez que se completa esa línea base se llena “la nube” y se hace lo que se denomina un “cumpleaños”, es decir, que cada persona de la “línea base” entrega sus $1.000 de ingreso al “cumpleañero”, que deja su lugar y hace con sus $8.000 lo que desee, en la mayoría de los casos, cuenta el expositor, decide volver a ingresar a en varias “nubes” o patrocinar a personas que no cuentan con los $1.000.

Cuando esto ocurre, “la nube” se parte en dos y las dos personas que eran “copilotos” ahora se convierten en “cumpleañeros” en dos “nubes” distintas.

Los que eran “motores” pasan a ser “copilotos” y los que eran “línea base” pasan a ser “motores”. Estos últimos, después de pagar los $1.000 de ingreso ahora deben cumplir con otro requisito, incluir cada uno a dos personas que completan la “línea base”. De esta manera, el ciclo vuelve a comenzar.

No les miento, después de dicha explicación y de evacuar varias consultas parecía una buena forma de invertir $1.000. Pensé, la plata no me la administra nadie, le pago directamente al que gana y este que está en la parte superior se retira después de ganar, no se queda ahí para siempre.

Después de esa reunión y con una importante cantidad de insumos para la investigación solo me faltaba un punto importante: ¿quiénes están detrás de este proyecto llamado “la nube”, “cadena de favores” o “amigos ayudando amigos”?

Me llevó casi una semana averiguar nombres y realizar consultas, al parecer, todos estaban limpios, no había antecedentes de estafa o cosa por el estilo.

Durante todo este tiempo tras la reunión, valorar el proyecto y mis averiguaciones el cocinero de mi restaurante recibió sus primeros $8.000.

El cocinero recibió en sobres sus primeros $8.000.

Pude verlo con mis ojos, le tomé fotos, vi gente conocida en la reunión donde este amigo mío recibió el llamado “regalo”. Había jugadores de fútbol, profesionales, personas humildes, maestros, profesores, periodistas y hasta empresarios.

Fue ahí donde tomé la decisión de ingresar a “la nube”, aún bastante incrédulo a pesar de todo. Tomé en cuenta dos aspectos básicos: toda inversión es un riesgo y hay momentos para invertir.

Me arriesgué, pagué $1.000 a un amigo que estaba de “cumpleañero”. Pasaron 22 días y se completó “la nube”; recibí, aún en medio de un sentimiento de incredulidad mis primeros $8.000.

Volví a invertir $1.000 y realicé el mismo proceso y casi un mes después, de nuevo, gané la misma cantidad. No voy a decir que fue fácil, cada vez que ingresé debía llevar dos personas referidas quienes, a la fecha, también ya obtuvieron sus ganancias.

Historias de historias

Historias como la mía he escuchado montones en las reuniones donde se entrega el regalo a los “cumpleañeros”.

Recuerdo hace casi 15 días el caso de una pequeña o mediana empresaria que desarrollaba un proyecto de exportación y el banco le negó un préstamo.

Puso en venta su casa para desarrollar el proyecto y mientras eso ocurría una amiga le habló sobre “la nube”; ella, un poco incrédula y con tal de cuidar lo poco que tenía para su proyecto, le dijo que cuando ganara ella se metía.

Así fue, su amiga ganó e ingresó de una vez a una “nube”. Cuenta la muchacha en su exposición que pasaron 22 días y logró obtener sus $8.000 gracias a la ayuda de amigos y familiares.

Historias puedo contar muchas las que escuché en todo este proceso de investigación, la gente utiliza la plata para un viaje, pagar deudas, arreglar su casa, construir una tapa, comprar un terreno. Lo cierto es que no se trata de hacerse millonario, más bien son proyectos.

Recuerdo, casi con los ojos llorosos, la historia de una cocinera nicaragüense a quien le habían prestado los $1.000 para que ingresara a “la nube”.

Ella contaba que su dinero sería para comprar una propiedad en su país y para llevar a su hijo a Colombia para hacerse una operación que requería.

Una pareja relató, en una de estas reuniones, que los dos se habían metido al proyecto para empezar la construcción de su casa, después de que el banco les había rechazado un préstamo pues sus salarios no les daba la liquidez necesaria.

Lo que pude averiguar al estar dentro de esta red es que los tiempos de espera para llegar a ganar los $8.000 se han alargado.

Pasaron de durar 15 o 22 días a un mes y medio por varios motivos, entre ellos, la creación de “nubes” de ¢100.000 o ¢150.000 que son más accesibles.

Sin embargo, en la última semana pude observar personas que en cuestión de 15 días lograron el objetivo todo depende, en apariencia, de la estructura que usted tenga hecha al ingresar a “la nube”.

Claro que hay riesgo

Ahora bien, como les dije al principio toda inversión es un riesgo, así me tiré al agua. En los últimos días he escuchado la opinión de algunos economistas sobre este fenómeno.

El más acertado y que se ve que tomó el tiempo de analizar es el del economista, Douglas Montero, quien en una entrevista con el periodista Rodolfo González, de Siete Días, explicó que “La Nube” no es una estafa o fraude porque las personas acceden de manera voluntaria y nadie administra su dinero, usted lo entrega directamente.

Claro está que son negocios de riesgo, el riesgo acá, explicaba el economista y yo lo he podido analizar porque he estudiado el fenómeno es que el ingreso de personas nuevas se torne lento por muchas razones: no tienen $1.000, desconfianza o prefieren invertir en “nubes” de ¢100.000 o $150 que han nacido en los últimos meses.

Yo no puedo asegurar cuánto va a durar este proyecto llamado “la nube”; algunos expertos aseguran que llegará el momento en que las personas que ingresan sean menos y este colapse. De mi parte es algo que no puedo asegurar.

Como parte de mi investigación, entrevisté a una de estas personas que administra “la nube”, les llaman record keeper.

Él asegura que del 26 de enero a la fecha se han celebrado 336 “cumpleaños”, en algunos casos hay personas que repitieron. Se trata de personas de Alajuela, Santo Domingo de Heredia, Cartago y Puntarenas.

Faltaría por tomar en cuenta las personas que desde octubre del año anterior ganaron en La Fortuna de San Carlos donde arrancó el fenómeno. Esta persona me asegura que su trabajo es ad honorem, que no cobra por llevar el orden de las personas que ingresan, el avance y supervisar cuando se llena “la nube”. La verdad cuando yo gané no les pagué ninguna comisión, no pidieron parte del premio ni mucho menos, de eso estoy claro.

Como parte de la investigación, puedo deducir que al saber cuáles “nubes” se mueven más rápido, dónde se puede invertir para que el retorno sea seguro y veloz, pues podría ser que esa sea la ventaja para estas personas.

Consultado sobre el tema de “la nube” el director del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), Guillermo Araya, explicó que al no tener referencia y no estar debidamente regulado este sistema de inversión existe “algún riesgo” de la pérdida del dinero.

“Al no estar acreditado pues existe alta probabilidad de que no tenga la transparencia necesaria del origen de los fondos y el destino que vayan a tener las ganancias”, explicó el jerarca, quien no se atreve a decir que se esté cometiendo un delito pues deben analizar a fondo el proceso de inversión.

Los empresarios

Conocer sobre quiénes se habla en estas reuniones es fundamental para creer o dejar de creer.

Las personas que exponen sobre “la nube” explican que uno de los creadores en Costa Rica es un empresario reconocido de la Fortuna de San Carlos identificado como Gaudelio Zúñiga.

Esta persona y su familia se dedican a la venta de quintas por medio de financiamiento, en la zona norte.

Con Gaudelio Zúñiga y Luis Castro inició la nube tica.

Según un estudio registral que realicé forma parte de 21 sociedades anónimas donde existen inscritas más de 100 bienes, la mayoría propiedades en varias partes del país.

Maneja varias hipotecas por la compra de muchas de esas propiedades, una de ellas por $1.468.768 dólares y otras más por $844.000.

Tras una consulta hecha a la oficina de prensa de la Fiscalía se determinó que es una persona sin antecedentes o investigaciones abiertas actualmente.

La otra persona que es nombrada frecuentemente en estas reuniones es un tico-canadiense llamado Luis Castro.

Sobre esta persona no se pudo obtener mucha información más que fue el enlace entre los inversionistas de este proyecto en Canadá y quienes extendieron “la nube” en La Fortuna de san Carlos.

Tienen, en apariencia, 20 años de vivir en Canadá y es originario de San Carlos. En los últimos días, pude constatar, que estuvo presente en algunas reuniones donde se celebran los llamados “cumpleaños”, en los que aseguró a los presentes que se había reunido desde hace varios meses con personas de la sección de Fraudes del OIJ para que analizaran su proyecto. Dice él que la conclusión de los agentes es que no existe el delito de estafa.

Esta es una situación que él mencionó en estas reuniones, pero durante mi investigación no pude comprobar con fuentes oficiales del OIJ. Por medio de uno de los administradores o rércord keeper intenté una entrevista con esta persona pero a la fecha no recibí respuesta.

También consulté si existen denuncias de personas quienes se consideren víctimas de este fenómeno llamado “la nube”, pero por el momento no existen.

El récord keeper o administrador de estas “nubes” explicó que la gran mayoría de los que ganan vuelven a ingresar una, dos y hasta tres veces a diferentes “nubes”, aunque reconoce que siempre es necesario atraer nuevos inversionistas.

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