*Por José Eduardo Mora
Especial de EL JORNAL para ¡Qué Torta!
Pareciera existir un mito en Costa Rica de que Saprissa nunca juega mal.
Pues este miércoles 23 de agosto del 2023, en Panamá, lo hizo y muy mal. Obtuvo un empate ante un equipo que, pese a estar en casa, salió por un punto desde el minuto uno. Y se topó con la complicidad de un conjunto morado al que no le iba, ni le venía el partido.
La pasividad mostrada por Saprissa asombra, porque estoy seguro de que la mayoría de los aficionados panameños, más que ir a observar a Universitario, querían vivir lo que representa el equipo costarricense en el área centroamericana.
A pesar de que salió con un equipo con muchos estelares, los morados en ningún momento tuvieron profundidad de juego. Posesión sí, pero, ¿para qué?
Decepción total con este Saprissa que se presentó en Panamá, que al llevar la bandera de equipo grande tiene que comportarse como tal y en el juego referido no lo hizo. Y cuidado que la clasificación no está asegurada, por más que cierren en casa contra el Cobán Imperial de Guatemala.
Son de esos males de nuestro fútbol que recuerdan que, según el rival, así es el comportamiento de un equipo. El fútbol profesional hoy traza otros derroteros.
El partido, sin ofender a nadie, no llegaba a malo y por más que a uno le guste el fútbol y trate de encontrar elementos positivos aquí y allá hubo momentos que había que hacer un esfuerzo sobrehumano para no dormirse.
Muy triste decir esto del actual bicampeón nacional, que fue una caricatura de sí mismo.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL