Apenas una semana después de asumir como presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei demuestra que la guerra contra la corrupción en su gobierno será frontal.
El mandatario anunció dos medidas inmediatas para atacar los problemas que sufre el país en la administración pública, carcomida por el abuso de los funcionarios: instalar una comisión presidencial contra la corrupción como plan para luchar contra el desvío de recursos y pagarles a los empleados con cheque hasta desmantelar un negocio jugoso que existe con miles de plazas fantasmas.
El estilo que ha adoptado Giammattei en sus primeros días se asemeja al del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien repetidamente ha mencionado su compromiso con la transparencia y centra sus esfuerzos en sacar de la administración a quienes solo pretenden enriquecerse mediante mañas y negocios oscuros.
La comisión presidencial tendrá 11 atribuciones, entre ellas promover la política contra la corrupción, crear mecanismos de detección de actos de corrupción, recomendar leyes y reglamentos. Asimismo lograr proyectos y programas de asistencia técnica y otros instrumentos en materia de la lucha contra la corrupción.
En cuanto al pago de la planilla pública, el plan de pago con cheque iniciará en el ministerio de Finanzas y en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Con esto se pretende identificar a los funcionarios verdaderos y sacar del sistema a los “imaginarios”.
El Censo Nacional del Recurso Humano 2019 reveló que unas 37.000 personas de la planilla del Ministerio de Gobernación o no se presentan a trabajar o no existen.
A la hora que el funcionario retira el cheque deberá explicar cuáles son sus funciones y jefes directos.
Giammattei tomó el lugar de Jimmy Morales, un comediante quien condujo el país bajo una lluvia de críticas a lo largo de su mandato por denuncias de corrupción, abuso del poder y la aplicación de medidas antidemocráticas.