Tata e hijo, de apellido Moreira, rompieron sellos, abrieron un gimnasio y pusieron la música a todo volumen para reanudar las clases.
La Policía descubrió el asunto al ver que la cortina metálica estaba entreabierta y los oficiales, que realizaban un patrullaje por la comunidad de San Pedro de Santa Bárbara de Heredia, se acercaron porque sospechaban que se trataba de robo.
Las autoridades se dieron cuenta que los familiares habían violado las disposiciones del Ministerio de Salud al escuchar el bullón.
Al subir al local, que está en un segundo piso, oyeron voces de personas y máquinas de ejercicio en funcionamiento.
La Fuerza Pública coordinó con la Fiscalía de Flagrancia.