El saqueo del dinero de un capo colombiano que metió bastantes dólares para lavar en Costa Rica desató una cacería sangrienta contra los socios que se quisieron pasar de listos y dejarse unos cuantos millones para enriquecerse.
Las autoridades judiciales investigan la relación entre los asesinatos de Francisco Víquez Vega, de 45 años, el 13 de abril del 2018, en Autos Fravisa, en San Joaquín de Flores, Heredia, y el del colombiano Diego Fernando García Lemus, de 42 años, quien apareció decapitado el 29 de abril del 2018 en Santiago de San Ramón de Alajuela, muy cerca del Cristo blanco, en Cambronero.
A estos casos se le suman los dos atentados a los que sobrevivió Marcelo Alonso Torres González, de 43 años, uno de los dueños del equipo de fútbol de primera división La U Universitarios (el primero en junio del 2018 en Momentum Lindora Santa Ana y el segundo en el parqueo del Terramall el fin de semana anterior).
En apariencia, el problema dentro del grupo criminal inició a raíz de la caída del líder en Colombia; la organización procedió a hacer “caja” con los dineros, pero hubo varios integrantes que se los dejaron.
Es en ese momento cuando se desata una venganza que habría acabado con las vidas de Víquez y García e iniciado una permanente persecución del empresario futbolero Torres.
De acuerdo con los primeros análisis, el capital de uno de los socios de La U Universitarios estaría directamente relacionado con el lavado de dinero.
Torres permanece internado en el hospital Calderón Guardia después de ser víctima del atentado en el parqueo del Terramall, donde resultó herida la colombiana Susette Calera, de 30 años, mientras que la esposa del dirigente y uno de los guardaespaldas se salvaron por la mínima.
El director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Wálter Espinoza, informó que los pistoleros que protagonizaron el ataque dispararon en 20 ocasiones con un arma calibre .40mm.