Una vez el perro especializado en búsqueda de restos humanos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dio positivo en un punto en específico, no hubo duda: los temores se confirmaron.
El perrito experto puso fin a la incertidumbre y la zozobra que por nueve días carcomió a familiares y amigos de Kimberly Araya Granados con el lamentable hallazgo de su cuerpo.
Los restos de la joven mamá de 33 años fueron encontrados este viernes 26 de abril del 2024, a eso de las 1:45 p. m., en el Zurquí (dentro del parque Braulio Carrillo), a unos dos kilómetros del peaje de la ruta 32, que comunica a San José con Limón.
“Por las vestimentas y todo lo que conlleva y que teníamos ya documentado, que es un pantalón gris de broches alrededor del zípper, más la blusa verde, pues ya, policialmente podríamos decir que, efectivamente, se trata de Kimberly. Quedaría pendiente hacer todos los exámenes de medicatura forense, pero, a nivel policial, sí es ella”, afirmó hace pocos minutos el director del OIJ, Randall Zúñiga.
Se desconoce aún la forma en que murió.
El jerarca detalló que, luego del positivo que marcó el perro, más un fuerte olor que se emanaba en el sitio, los cruzrojistas que participaron en la búsqueda bajaron a la zona, encontraron el cuerpo y confirmaron que se trataba de una mujer fallecida.
Las autoridades llegaron hasta ese punto luego de revisar varias cámaras en las que pudieron seguir el recorrido del esposo de Kimberly, de apellido Pérez, de 39 años, quien está detenido desde el jueves 25 de abril.
Además, los agentes judiciales habrían encontrado sangre en la casa allanada en donde vivía Kimberly, su esposo y los tres hijos de tres, 10 y 11 años, ubicada en San Luis de Santo Domingo de Heredia, a unos pocos kilómetros de donde se encontró el cuerpo.
Zúñiga detalló que comprobaron que el esposo de Kimberly andaba en el carro con un bulto, en la parte de atrás del carro y con una sábana que lo cubría.
“Había venido (al Zurquí) alrededor de la medianoche el día que ella desaparece. No solo eso, al día siguiente (viernes 19 de abril), en la mañana, alrededor de las 9 a.m. también se volvió a trasladar a este sitio, creemos que para asegurarse de que no hubiera quedado el cuerpo en un área visible para poder encontrarlo”, explicó.
“Aquí jugó la fortuna porque la primera búsqueda que se hace al mediodía, vemos como unas huellas de llantas, vemos zacate majado, pero más allá de eso no había otro elemento, pero cuando llega el can y empieza a llover empieza a despedir un olor fuerte y el perro da positivo”, agregó.
Kimberly estaba desaparecida desde el jueves 18 de abril del 2024.
Según la cronología elaborada por el OIJ, Araya salió del trabajo a eso de las 4:30 p. m. con su jefa, a quien le pidió dejarla en un punto específico, de allí tomó un Uber para encontrarse con un compañero de trabajo en un local comercial.
Después de compartir por un rato juntos, se fueron a otro sitio que el OIJ no reveló, y a eso de las 9:30 p. m. terminaron el encuentro y el compañero de trabajo la trasladó hasta el parque de Los Ángeles, en Heredia, en donde la joven solicitó otro Uber que la dejó a unos 25 metros de su casa.
La joven trabajaba en una transnacional que se dedica a la manufactura de productos para la prevención de trombosis venosa profunda y soluciones médicas y quirúrgicas, ubicada en una zona franca de El Coyol, en Alajuela.
Desde que llegó en el Uber, hasta que su esposo salió a buscarla alrededor de las 11 p. m. pasaron 48 minutos vitales que el OIJ tenía que dilucidar para determinar que podía haber ocurrido.
Según el Registro Civil, Kimberly y su esposo se casaron el 13 de junio del 2010.
El OIJ coordinó con el Patronato Nacional de Infancia (PANI) la atención de los tres menores.