Con la desaparición de la categoría de periodista en la escala salarial a partir del próximo 1.° de enero y que los profesionales con título universitario perderán el pago del 23% de disponibilidad se aproxima un escenario realmente incierto en el ejercicio del Periodismo en los medios de comunicación nacional.
El gobierno publicó en el diario oficial La Gaceta, el pasado 20 de diciembre, el decreto que establece las nuevas reglas para el 2020.
El 10 de octubre anterior, el presidente, Carlos Alvarado, afirmó: “Golpear el salario de los periodistas es golpear el ejercicio de esta clave profesión para la democracia”. También se manifestó en contra de la resolución que eliminó el 23% del pago de disponibilidad.
A pesar de eso, le dio vía libre al decreto, porque apelarlo no es tan sencillo como parece.
Ante la entrada en vigencia de esta norma, el presidente del Colegio de Periodistas, Belisario Solano, afirmó que es una excelente oportunidad “para reivindicar la profesión”.
Incluso, analizó que el tema se las trae y que plantear que se va a precarizar el pago a los comunicadores es una afirmación atropellada.
“Defiendo a los que tienen título y la categoría de periodista. Ahora lo que va a pasar es que las nuevas contrataciones que hagan los medios de comunicación se regirán por el formato de 48 horas laborales por semana sin disponibilidad, salvo que haya una negociación especial entre el patrono y el trabajador en la que lleguen al acuerdo que se pagará el 23% de disponibilidad. Si eso no se da, el periodista que trabaje horas extras estará en el derecho de cobrarlas”, explicó Solano.
Dennis Cabezas Badilla, presidente del Consejo Nacional de Salarios (CNS), afirmó a ¡Qué Torta! en octubre anterior que la nueva forma de definir los salarios de un periodista van “en defensa de la academia”. “Se le da valor al título de Periodismo”, insistió.
La escala queda de la siguiente forma:
- Si un periodista es licenciado universitario ganará la base establecida por ley (¢663.772) sin que el patrono se vea obligado a pagar la disponibilidad. En el caso de que se necesitara le sumaría el 23% y el salario total quedaría en ¢816.500 (¢1.000 menos del salario mínimo actual).
- Si un periodista es bachiller universitario ganará la base establecida por ley (¢553.124) sin que el patrono se vea obligado a pagar la disponibilidad. En el caso de que se necesitara le sumaría el 23% y el salario total quedaría en ¢685.873 (¢131.627 menos del salario mínimo actual).
- Si un periodista no cuenta con ningún grado universitario académico lo más probable es que el patrono lo contrate como un trabajador no calificado o especializado y le pagaría un salario mensual entre los ¢300.000 y ¢400.000. Estos colaboradores no podrían optar por el pago de la disponibilidad, porque no cuentan con título.
Solano advirtió que quienes actualmente se desempeñan en sus puestos como periodistas en medios de comunicación el panorama no les varía porque los cubre las condiciones bajo las que los contrataron desde un inicio (con el 23% de disponibilidad incluida).
Lo que es ilegal es que los despidan y vuelvan a contratar bajo condiciones desfavorables. Incluso, agregó que se podría dar el fenómeno que los medios empiecen a contratar personal sin título para bajar el gasto en planilla.