Un taxista de apellidos Wilson Díaz con placa gemeleada, sin revisión técnica y sin marchamo estaba esperando clientes en una parada cerca de la terminal de Tuasa, en el centro de San José, sobre la avenida segunda.
Oficiales de la Policía Municipal lo pescaron y de una vez se lo cargaron.
Las autoridades le aplicaron una multa de ¢500.000, le quitaron el carro y lo acusaron ante el Ministerio Público.
El cumplimiento se dio este martes en medio de las manifestaciones en las que miembros de la fuerza roja exigieron una indemnización de ¢20 millones por el rompimiento del contrato de concesión tras el ingreso de Uber en agosto del 2015.
De acuerdo con informes preliminares, Wilson no participó de las protestas.