Adaptado de EFE
La película Oppenheimer, de Christopher Nolan, arrasó en la edición número 96 de los Óscar al llevarse siete estatuillas, entre ellas la de mejor película y la de mejor director, la primera en la dilatada trayectoria del cineasta británico.
En una ceremonia plana, lo más destacado fue la divertida actuación de Ryan Gosling, de nuevo en la piel de Ken con un imposible y brillante traje rosa, que puso al teatro Dolby en pie.
Un escenario al que subieron, cumpliendo todos los pronósticos, Emma Stone y el irlandés Cillian Murphy, para recoger los premios a mejor actor y actriz por sus trabajos en ‘Pobres criaturas’ y ‘Oppneheimer’, respectivamente.
Fueron los últimos premios de la noche antes de los de dirección y película, también para ‘Oppenheimer’.
“Gracias a todos los que han estado ahí y que han creído en mi carrera, a mi familia y a la increíble Emma Thomas por producir la película”, dijo un emocionado Nolan al recoger el premio de dirección.
La cinta basada en la vida de Robert Oppenheimer, físico teórico y padre de la bomba atómica, también logró el de mejor intérprete de reparto para Robert Downey Jr., mejor fotografía, banda sonora y edición.
Al agradecer su premio, Cilliam Murphy señaló: “Hicimos una película sobre el hombre que creó la bomba atómica y, para bien o para mal, vivimos en el mundo de Oppenheimer, así que me gustaría dedicársela a todos los pacifistas”.
La ceremonia se quedó finalmente sin el récord de Lily Gladstone (‘Los asesinos de la luna’), que optaba a ser la primera nativa americana en ganar el premio a mejor actriz, porque Emma Stone, vencedora por ‘La La Land’, en el 2017, volvió a salir victoriosa en esta categoría gracias con ‘Pobres criaturas’.
La actriz protagonizó una de las anécdotas de la noche al reconocer entre risas y con cara de sorpresa que se le había roto el vestido por detras y, al abandonar el escenario pidió que nadie la mirase.