Después de unas seis horas de registrar el cuarto de una finca en Ujarrás de Paraíso de Cartago, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) descartó la presencia de rastros de sangre de Allison Pamela Bonilla Vásquez, de 18 años.
De acuerdo con la oficina de prensa de la institución, una bióloga consideró que no era necesario aplicar la prueba de luminol (químico que determina si hay sangre en una área determinada).
Esta decisión la tomó una vez que valoró el resultado del trabajo de los agentes en el sitio.
Las autoridades allanaron la propiedad, pues recibieron la información de que probablemente estaba la osamenta de la joven o que habría alguna prueba importante, pero no recolectaron ninguna evidencia.
Oficiales conversaron con dos hermanos, uno de ellos habita el cuarto, pero quedaron en libertad y, de momento, no son parte del caso.
La última vez que se vieron con vida a Allison Pamela fue la noche del 4 de marzo anterior. Ella se bajó de un bus, en la intersección entre Cachí y Ujarrás, y debía caminar un kilómetro para llegar a su casa.
Varios videos captaron el recorrido de la víctima, pero no se determina con claridad quién o quiénes se le acercaron. Esto ocurrió en los alrededores del restaurante La Pipiola.
Poco antes de desaparecer, Allison Pamela le envió un mensaje de voz de WhatsApp a su novio en el que le dijo que unas pintas la seguían en un carro.
Desde ese momento, la angustia se apodera de la familia y de la comunidad de Ujarrás.