Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Quepos atraparon a un hotelero de apellido Bodaan este jueves, al ser las 11:42 a. m., en su casa, que se ubica en la misma propiedad de La Mansión Inn, en Manuel Antonio, Quepos.
Este hombre figura como sospechoso del crimen de la anestesióloga sancarleña María Luisa Cedeño Quesada, de 43 años.
La oficina de prensa del OIJ confirmó que la detención ocurrió porque los oficiales, como parte de las diligencias, recabaron “elementos que vinculan al señor con los hechos ocurridos”.
Semanas atrás, las autoridades registraron esa vivienda con el fin de buscar pruebas.
En La Mansión Inn asesinaron a puñaladas y golpes a Cedeño. Se presume que el ataque ocurrió entre la noche del domingo 19 de julio y la madrugada del lunes 20 de julio.
El personal de limpieza halló el cuerpo la tarde del lunes 20 de julio al llegar a hacer una revisión de rutina de la habitación.
El OIJ detuvo al stripper nicaragüense Teodoro Herrera Martínez, de 38 años, y a un ingeniero en sistemas tico de apellidos Miranda Izquierdo, de 36 años, como sospechosos de cometer del homicidio. Los dos cumplen seis meses de prisión preventiva, medida impuesta por el Juzgado Penal de Quepos.
Los detenidos son amigos cercanos de Bodaan e incluso a Herrera se le conoce por compartir en actividades sociales con el millonario.
Versiones preliminares apuntan que Miranda Izquierdo y Herrera Martínez se pusieron de acuerdo para matar a la doctora, quien era jefe del área de Anestesia del Hospital Cima, en Escazú.
La Policía Judicial también averigua si Herrera habría contactado a Cedeño y la habría convencido de hacer el viaje a través de engaños.
Las autoridades determinaron gracias al testimonio de varios de los empleados del lugar que la noche del domingo 19 de julio, la sancarleña pidió una botella de vino y dos copas en el restaurante y las subió a la habitación 21, donde se hospedaba.
Bodaan condenó el crimen en sus redes sociales un día después de que se dio a conocer.
El stripper vivió durante un año en La Mansión Inn sin pagar hospedaje, era un hombre de confianza del magnate y se daba una vida soñada en una de las zonas más paradisiacas del mundo.
El nicaragüense dormía en la habitación tres del complejo hotelero, mientras que Miranda Izquierdo llevaba un par de semanas haciendo teletrabajo cuando sucedió el asesinato.