Las narcobandas locales que tanto daño le hacen a Costa Rica con la venta al menudeo de cocaína, crack, marihuana entre otras drogas viajan a México y se entrenan para defender a muerte su territorio en el país.
Así lo reconoce el exfiscal general, Jorge Chavarría. “Les han enseñado a disparar fusiles, a controlar el mercado. Los carteles locales cuentan con la escuela mexicana, con los esquemas organizativos de eliminar al competidor”, comentó.
Los grupos criminales aztecas son más violentos que los colombianos, de acuerdo con el análisis del exfuncionario.
Por ejemplo, si dentro de una organización colombiana se detecta un “soplón” se deshacen de él de inmediato; mientras que los mexicanos tienen la regla de eliminar al que los delató, a toda su familia, a sus amigos y cuanta persona tenga relación con él.
“Esta es la razón por la que en México las autoridades hallan fosas con 20 – 30 cuerpos”, explicó.
Uno de los temas que más le preocupa a Chavarría es que en Costa Rica muchos repliquen la frase: “No importan, de por sí se matan entre ellos”.
Y es que el experto en el tema de crimen organizado asegura que en México ni las autoridades, ni los ciudadanos decentes le daban importancia a los crímenes entre narcotraficantes porque aplicaban ese principio.
Sin embargo, el gobernador de un estado mexicano le compartió una experiencia que terminó de convencerlo en que ese desinterés generalizado puede pasar una factura muy alta a la sociedad.
“Nunca hubo una barrera de contención, porque el Estado no se involucró en esa problemática y creció”, manifestó Chavarría.
Las torturas, decapitaciones, amputaciones y otra serie de prácticas que implementan los carteles mexicanos contra sus víctimas envían un mensaje de poder a otras organizaciones criminales y a los propios familiares del que ejecutan.