La calificadora de riesgo neoyorquina Moody’s le bajó la nota a Costa Rica como emisor a largo plazo y de bonos senior no garantizados.
El país gozaba de una perspectiva B2 (estable), pero ahora pasó a B1 (negativa).
En un informe que publicó Moody’s en su sitio web, argumentó la decisión en dos puntos específicos:
- El alto déficit fiscal “que conduce a una tendencia al alza en las métricas de deuda que se mantendrá por encima de los pares de calificación”.
- El financiamiento de los gastos a través de los créditos “que resultan de endeudamiento relativamente grandes e introducen riesgos para el perfil crediticio de Costa Rica”.
El déficit fiscal del país se encuentra en un 6,96%, según el Banco Central de Costa Rica, el más alto desde los ochenta, cuando Rodrigo Carazo fue presidente y su gobierno condujo al país a la peor debacle económica de la historia.
“A pesar de las medidas de consolidación fiscal aprobadas en 2018, Moody’s espera que estas tendencias fiscales adversas continúen. Como resultado, los déficits fiscales, los coeficientes de endeudamiento y la carga de intereses de Costa Rica seguirán siendo significativamente más altos que los de sus pares con calificaciones similares en el futuro previsible”, indicó la calificadora.
La agencia proyecta que la deuda del gobierno “alcanzará el 63% del producto interno bruto (PIB) en el 2020, más que la mediana del 56% ‘B’. Debido a que el gobierno costarricense recauda relativamente menos ingresos que sus pares, su relación deuda / ingresos del gobierno alcanzará el 415% en el 2020 en comparación con el 263% para los pares.
“Los pagos de intereses han aumentado constantemente y representarán más del 30% de los ingresos del gobierno este año en comparación con solo el 10% para los pares”, agregó.
“A pesar de que las tasas de financiación han disminuido desde que el gobierno experimentó una posición de liquidez muy ajustada en el 2018, una condición que requería un préstamo de emergencia del Banco Central, las tasas de endeudamiento internacional de Costa Rica permanecen entre las más altas de la región, exponiendo al gobierno a cambios en el mercado apetito por su deuda”, indica el informe.
Moody’s considera que una mejora en la calificación es poco probable y se fortalecería si el gobierno “implementa ajustes presupuestarios estructurales que reducen materialmente los déficits fiscales, limitando el empeoramiento esperado en los indicadores de deuda del gobierno y, como resultado, aliviando los riesgos de financiamiento”.