El desastre de Nicaragua con el “manejo” de la pandemia por el COVID-19 es la principal amenaza para Costa Rica, pues en ese país vecino los contagios ya son a nivel comunitario, lo que quiere decir que ya el virus se descontroló por completo.
“Nuestro principal riesgo sanitario este momento es el alto nivel de circulación del virus que existe en Nicaragua. En este tenemos que ser muy diligentes nosotros, tenemos que cuidarnos, cuidar toda la actividad que se hace en nuestra sociedad y tenemos que seguir los protocolos”, afirmó este miércoles el ministro de Salud, Daniel Salas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó la situación de Nicaragua en Fase 4 por el COVID-19, eso quiere decir que ya existe transmisión comunitaria, lo cual es complejo de contener.
El Observatorio Ciudadano de Nicaragua reporta 598 muertos por COVID-19, con todas las sospechas de ser por COVID-19 y más de 2.000 casos, datos al 23 de mayo. El Ministerio de Salud de Nicaragua, reporta apenas 20 muertos.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se ha jactado de que la pandemia en su país está bajo control y ha criticado fuertemente a Costa Rica por el cierre de las fronteras.
“Nicaragua fue ubicado por la misma OMS (Organización Mundial de la Salud) como un país con transmisión comunitaria riesgo 4 y en realidad, en Centroamérica, no hemos alcanzado ese estatus de transmisión comunitaria, por eso insisto en que tenemos que seguir concentrados en nuestro trabajo”, afirmó Salas.
“Queremos que Costa Rica siga estando libre de transmisión comunitaria, es una misión difícil, no ha sido para nada fácil estos casi tres meses. Sin embargo, los momentos epidemiológicos los riesgos han ido variando en el transcurso de estos meses y en este momento es importante indicar ese riesgo que tenemos en nuestro país”, agregó.
En las últimas 24 horas se registraron 28 casos nuevos, de los cuales ocho corresponden a una familia de nicaragüenses ubicada en Peñas Blancas de San Ramón, Alajuela.
Operativos en fronteras
Para disminuir el riesgo de contagio, las fronteras están resguardadas. El ministro de Seguridad, Michael Soto, indicó 13.111 personas han sido rechazadas para ingresar al país por los sectores fronterizas, la mayoría en la zona norte, es decir, son alrededor de 200 personas por día que intenta entrar a Costa Rica.
Soto desmintió los rumores de caravanas de personas que buscan asistencia en el país, lo cual ha generado incertidumbre y temor en la población.
“El trabajo en fronteras es muy complicado, son 309 kilómetros de fronteras, es muy extenso, con diversidad de sistemas geográficos, de temperatura y demás, por ríos, por playas, por una serie de circunstancias difíciles”, aseguró el jerarca.
Soto agregó que continuarán cuidando las fronteras con vigilancia aérea, terrestre, con drones, patrullaje, retenes, entre otras estrategias.