Sin quererlo, Tatiana González Goñi se ganó el respeto y la admiración de miles de personas.
Hace una semana, ¡Qué Torta! publicó cómo una clienta reconoció el esfuerzo de esta brumosa, vecina de Cooperrosales de San Nicolás (Taras) de Cartago, quien le pintó las uñas en el local de OPI en Multiplaza del Este, Curridabat.
Tatiana nació con una deformación en sus dos manos; ella solo tiene un dedo en cada una. Más que un obstáculo, esto ha significado una prueba que querer es poder.
Esta mujer es un ejemplo a seguir para su hija, Sofía, de seis años, quien nació con la misma deformación en sus manitas.
La clienta publicó dos fotografías en su perfil de Facebook que le tomó a la manicurista (sin que se diera cuenta) y compartió una historia que se robó el corazón de los usuarios en redes sociales.
Una semana después, Tatiana reconoce que todo le tomó por sorpresa; confesó que una vez duró tan solo media hora trabajando en el súper de una china que le dijo que ella no aceptaba personal “discapacitado”.
“Acomodé todo un mueble y luego una de las muchachas me dijo que me fuera”, recordó. “Eso me ayudó a ser más fuerte, a salir adelante y a buscar nuevas oportunidades”, dijo.
Inició en el mundo de las uñas hace 17 años. Aprendió el oficio simplemente al ver trabajando a otras manicuristas. Hizo un campito en su casa y también daba el servicio a domicilio.
Llegó a OPI por una de esas casualidades de la vida. “Quería saber cómo podía comprar el producto, pero una familiar me dijo que si quería trabajo y yo le dije que si era así, pues todavía mejor”, manifestó.
“Ella pasó la primera entrevista. Luego se enfrentó a una prueba técnica muy estricta en la que se miden tiempos, precisión y aplicación, porque así lo exige la marca. Se le hizo el mismo tratamiento riguroso que a las demás participantes y ocupó uno de los tres primeros lugares. Realmente nos sorprendió cómo se dio a conocer su historia”, comentó Gabriela Castillo, gerente de División de Beauty Services de OPI Costa Rica.
Para Tatiana, los miles de comentarios de apoyo que ha recibido de gente que ni siquiera conoce son una bocanada de motivación.
“Me felicitan, me dicen qué bueno, que me merezco eso y más”. Ella les envía un mensaje a quienes no tienen ninguna limitación física. “No se rindan, sigan adelante, no se quejen de la vida, aunque a veces sea difícil hay que seguir adelante”, reflexionó.
El día que la clienta le tomó la foto era el primero que Tatiana trabajaba en el local de Multiplaza del Este. Era la tercera que atendía. Anteriormente, ella estuvo en el local de Lincoln Plaza.