Rubén “Mala Leche” Rodríguez volvió a meter las patas y esta vez no hubo video que lo salvara.
La Sala Cuarta le dio una revolcada judicial por andar jugando de vivo, queriendo filmar a un funcionario municipal sin permiso y luego ponerse a llorar censura. El personaje, famoso por meterse a edificios públicos como si fueran su set de grabación, salió con el rabo entre las piernas: su recurso de amparo fue rechazado y quedó en evidencia que no todo lo que se graba se convierte en justicia.
Resulta que el infame personaje puso un recurso de amparo contra la Municipalidad de Vázquez de Coronado, alegando que se le impidió el acceso a la información, que fue amenazado de agresiones físicas y que le profirieron insultos como “marica”. También de que un funcionario le mandó a llamar a la policía para sacarlo del edificio municipal.
Rodríguez ha hecho varios vídeos donde se mete a edificios municipales, y se atribuye el derecho a la información para filmar a los funcionarios y cuestionarles una serie de situaciones, no obstante, el personaje entra y graba sin permisos y dice que tiene derecho a “quemar” a quien le de la gana, mostrando un gran desconocimiento por los derechos de las personas y de los funcionarios. Y en esta ocasión, pegó contra pared.
Con un fallo de seis votos a favor y uno en contra, la Sala Cuarta determinó que el susodicho no tiene razón en los hechos que se suscitaron el 8 de setiembre del 2025 y rechazó el recurso de amparo que interpuso y lo puso en su lugar.
Los hechos
Ese día, Rodríguez entró al edificio municipal para filmar la sesión, cosa que pudo hacer porque subió el video con la sesión completa a su página, pero antes, tuvo una discusión con el funcionario Alberto Solano, a quien pretendió filmar en sus labores técnicas.
El funcionario es el encargado de dar el soporte técnico para que la transmisión de la sesión salga al aire mediante el Facebook Live de la Municipalidad.
Solano impidió al bañazo de Rodríguez que lo filmara y la Municipalidad alegó que la función de Solano es privada y no afecta en nada el curso normal de la sesión y que el Mala Leche pudo ejecutar esa labor sin que nadie se lo impidiera.
La Sala consideró que a Rodríguez, al no haber una petición formal de que se le brindara información y haber logrado su cometido, grabar la sesión, no se le impidió de ninguna forma el acceso a la información y que no hubo agresión probada, de ningún tipo.
A ver si Mala Leche aprende que no todo lo que se graba se convierte en justicia. La Sala IV no es para influencers con complejo de fiscal.
