Una votación bastante cerrada, discutida y polémica de la Corte Suprema de Brasil permitió que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, de 74 años, pudiera salir de la cárcel de Curitiba.
El fallo, sumamente ajustado (6-5), anuló una jurisprudencia del 2016 que estableció ejecutar la medida de prisión después de que se confirmara en segunda instancia, pese a que en esa etapa quedaban dos apelaciones pendientes en tribunales superiores.
Ahora, los magistrados determinaron que solo podrá ordenarse la cárcel hasta que se determine por completo la culpabilidad del imputado. En este caso, al exmandatario aún le resta una apelación que está por resolverse.
La decisión no se aplicará a aquellos casos en que una persona ha sido condenada por un tribunal popular debido a un delito violento, informó el diario español La Vanguardia.
Ese no es el caso de Lula ni de una veintena de condenados por la operación anticorrupción Lava Jato.
El expresidente brasileño comenzó a cumplir, en abril del 2018, una pena de ocho años y diez meses por corrupción tras ser condenado en segunda instancia. La sentencia fue confirmada después de una tercera instancia.
A su salida de prisión, Lula expresó ante decenas de seguidores: “Necesitaba resistir para luchar contra el lado podrido del Estado, de la Policía Federal, del Ministerio Público, de la Justicia. Trabajaron para criminalizar a la izquierda, a Lula y al Partido de los Trabajadores”.
“Salgo de aquí con un gran sentimiento de agradecimiento. Quiero probar que este país puede ser mucho mejor cuando tenga un gobierno que no mienta en Twitter como hace (Jair) Bolsonaro”, reseñó la agencia EFE.
Sérgio Moro, ministro de Justicia de Bolsonaro, fue el juez que condenó a Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero por beneficios recibidos de una constructora.
“Hay un grupo de mafiosos en este país. Ese golpe que hicieron para intentar, liderados por la red Globo (TV), ponerme como un ladrón”, acusó el antiguo líder sindical.
También atacó a Moro: “Si tomamos a Dallagnol (otros de los jueces que lo procesó), Moro y otros inspectores y los metes dentro de un exprimidor, lo que sobra de ellos no es ni 10% de la honestidad que yo represento en este país”.
Con información de agencias.