El exmandatario Luis Guillermo Solís cumple 61 años este 25 de abril y decidió dar explicaciones sobre los polémicos temas del Cementazo y el hueco fiscal de ¢900.000 millones que le heredó a la administración de Carlos Alvarado Quesada.
El político dio una conferencia de prensa horas antes de desvelar su retrato en la sala de expresidentes de la Asamblea Legislativa.
Solís lamentó que el Cementazo opacara su periodo presidencial. “Cómo no me va a doler que una gestión en la que no hubo escándalos se haya visto afectada por actos de corrupción e ilegalidad de personas que están siendo investigadas”, afirmó.
“Es lamentable (que se insinúe a nivel internacional) que yo me haya robado la plata o que me pusiera en contubernio con quienes lo hicieron”, agregó.
Sin embargo, el político, quien actualmente vive con su esposa en Miami y es profesor de la Universidad Internacional de Florida, olvidó mencionar el escándalo por el pago ilegal de incentivos salariales a exministros y exviceministros.
El expresidente les echó a la culpa a los liberacionistas Antonio Álvarez Desanti, Gerardo Corrales y Rolando González de ahuyentar a inversionistas y que el país perdiera la oportunidad de obtener financiación a largo plazo en buenas condiciones para cubrir las obligaciones.
“Las negociaciones se dieron al traste cuando se hicieron aclaraciones en el marco de la campaña electoral que impidieron que nos prestaran”, expresó Solís.
El miembro del Partido Acción Ciudadana (PAC) apoya la investigación que mantiene el Ministerio Público en el caso del cemento chino y que está dispuesto a dar las explicaciones que sean necesarias.
Con respecto a que un grupo de diputados no asista a la actividad en el Congreso la respeta y dice que tienen la libertad de hacerlo.