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Los 40 de doña Laura Fernández con el partido Pueblo Soberano

Cuando Nayib Bukele disputó, al frente de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), las elecciones presidenciales del domingo 3 de febrero del 2019 contra la coalición derechista Alianza Republicana (Arena), que lideraba el candidato Carlos Calleja (reconocido empresario), la única preocupación que se asomaba por la ventana todos los días era sacar el triunfo en primera ronda.

En El Salvador, las reglas de aquel momento indicaban que ese triunfo se aseguraba con sacar el 50% de los votos más uno de quienes efectivamente acudieron a las urnas.

Bukele ganó con el 53,8% de los votos y el resto es historia ya conocida.

Sacar a relucir esta anécdota que conocieron de primera mano estudiosos de los números y las encuestas y asesores muy cercanos al presidente cuscatleco sirve como analogía para lo que se vivirá, a partir del 2 de octubre del 2025 en el país con el inicio de la campaña costarricense que, a primera vista, lidera en intención de voto Laura Fernández, del partido Pueblo Soberano.

Y es que el discurso del Rodriguismo, hasta ahora, se concentra en obtener 40 diputados para la próxima Asamblea Legislativa, algo que se vislumbra en una misión bastante compleja.

Uno podría atreverse a decir que si eso lo logra Fernández, por antonomasia, sacará más del 40% de los votos en las elecciones y conseguiría el boleto directo a Zapote en primera ronda.

Sin embargo, el cálculo no es tan sencillo, porque es, en este detalle particular, que se debe plantear aquella cómica pregunta, pero que siempre sale a relucir en las encrucijadas: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Es decir, la premisa de Pueblo Soberano debe ser sellar la victoria en primera ronda; lo demás llegaría por añadidura.

Porque la preocupación del comando electoral de Bukele no era ganar la primera ronda, sino asegurarse la Presidencia en primera ronda, que son cosas diferentes. Y la lucha que rindieron se ciñó en eso por la sencilla razón de que si iban a segunda ronda no sabían cómo podían evolucionar los acontecimientos y existía el riesgo de que la derecha de Arena moviera fichas y asumiera el poder.

Ese riesgo debe disiparlo por completo Laura Fernández y su equipo de estrategia de campaña. Los 40 no deben circunscribirse exclusivamente en diputados, sino en un número mágico que les permita cortar rabo y orejas en primera ronda.

Ese 40 + 1 es el complemento perfecto para los legisladores que pueda conseguir.

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