Apenas se asomaba tímidamente la tranquilidad para los comerciantes y empresarios turísticos de La Fortuna de San Carlos de Alajuela, cuando una bomba viral paralizó de nuevo al pueblo.
Algunos hoteles abrieron al 50% de su capacidad siguiendo la recomendación del Ministerio de Salud, mientras que otras actividades arrancaron a fuego lento apalancadas por ese talismán, pero el reventonazo de casos de COVID-19 que surgió a 11,5 kilómetros del área turística, el pilar del progreso del distrito número siete del cantón, empeoró las cosas.
Son 49 contagios del 1.° de junio al 10 de junio, según cifras oficiales del Ministerio de Salud. La línea de fuego está concentrada en empacadoras y fincas agrícolas, dicho esto por las propias autoridades.
Esto ha alterado a hoteleros como Alberto Rodríguez Baldi, dueño de Baldi Hot Springs, y otros más que han levantado la voz ante lo que consideran un pésimo manejo de la emergencia por parte de Salud.
Lo que más los indigna es cómo en los lugares que azota más fuerte el “huracán” coronavirus en La Fortuna cierran tres días una planta para que se aplique una limpieza profunda de las instalaciones y luego siga “rodando la bola”, mientras que el comercio “común y silvestre” se mantenga cerrado hasta nuevo aviso.
En la práctica es todo lo contrario a aquel refrán que reza “pagan justos por pecadores”. En La Fortuna se podría decir que los pecadores hacen fiesta, mientras que los justos sufrirán hasta que de una vez por todas alguien recapacite en Salud, aunque por los antecedentes esto parece difícil.
Y es que la actitud de ciertos personajes han dado rienda suelta a los rumores, como que hay un plan macabro para quebrar a los empresarios de La Fortuna para que un grupo poderoso cercano al gobierno se apropie de hoteles y otros centros, o a las declaraciones explosivas, como la del alcalde de San Carlos, Alfredo Córdoba, que sin mucho mate culpó al gobierno por el desmadre que se vive en su pueblo al ignorar múltiples llamados de atención de que la amenaza del brote de COVID-19 se centraba en el ingreso de cientos de nicaragüenses ilegales por la frontera.
“Si nosotros no reaccionamos pacíficamente, pero con valentía contra estas personas que nos gobiernan y que escogieron La Fortuna para golpearla y maltratarla y tal vez para beneficiar a algunos oscuros negocios como apropiarse de hoteles a precios muy baratos de fideicomisos de gente que no pueda salir adelante. Como por ejemplo, y ahora que empieza la temporada de vacaciones entonces la gente decida irse para la playa y no ir a La Fortuna, todo esto les cayó del cielo y han actuado con absoluta grosería, prepotencia y desprecio para los empresarios de San Carlos y quiero nada más hacer un reconocimiento; el desarrollo turístico de La Fortuna está en manos de empresarios costarricenses, mientras que el resto del país no tiene esas mismas condiciones”, aseguró Baldi.
Al final, la profecía más temida se cumplió; que la peste nos llegara en toneledas desde Nicaragua, aunque la vicepresidenta, Epsy Campbell, con tono desafiante en un mensaje escrito rajó que por la frontera no pasaba nadie o muy a pesar de las afirmaciones del ministro de Salud, Daniel Salas, que con una pincelada romántica dijo al inicio del contagio que el virus no tenía nacionalidad.
Reclamo directo
En un audio que circula por las redes sociales, Rodríguez Baldi reconoce que se siente “alarmado, molesto por la manera en que el gobierno” ha tratado a los empresarios de La Fortuna.
Muestra su enojo por como a la presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), Laura Bonilla Coto, que lidera las empresas ByC Exportadores y Productos Congelados Bajo Cero, donde el COVID-19 anda alborotado, la tratan con guante de seda y solo le cierran las empacadoras por tres días, mientras que a un pequeño comerciante lo castigan por tiempo indefinido.
“Esos son principios dictatoriales y yo soy muy firme en las ideas, en los valores y en mis principios. Tal vez algunos de ustedes me conozcan como una persona de carácter fuerte y claro a la hora de hablar, y es que así me enseñaron, es mejor hablar con claridad, con fortaleza y sin miedo porque si no la maldad siempre supera a los buenos que se silencian.
“El PAC, aunque algunos de ustedes sean partidos de ellos, eso lo respeto, es un partido que nació de extrema izquierda en la UNA y después se fue con Ottón Solís y Alberto Cañas, el Frente Amplio se introdujo ahí y ahí está, Carlos Alvarado es parte de ese asunto, ellos son neocomunistas, progres, y tienen una enorme capacidad para disociar, dividir y hacer quedar mal a la sociedad.
“¿Quién no entiende que esto es simplemente buscar un foco de atención destructivo y escogieron La Fortuna para destruirla y que nos recuperaremos hasta enero del otro año?”, afirmó Baldi.