El jefe de jefes en Central Noticias, Douglas Sánchez, dio a entender que en ¡Qué Torta! andábamos como en la Antártida o en Siberia, friitititicos con el escándalo que le reventó ante la renuncia de su mano derecha, el productor Juan Garita, la segunda semana de abril del 2025.
Pero más bien, la publicación periodística de este medio sirvió para destapar el infierno que vivieron algunos de sus experiodistas, mientras trabajaron bajo un régimen de terror a su mando.
La olla está calientitititica, y ojo, que es solamente una pincelada de lo que se enfrenta en cada amanecer en las instalaciones del canal 38, en barrio La California, San José, cuyo dueño es el magnate centroamericano, Carlos Valenciano Kamer, excandidato presidencial por el Movimiento Libertario en la campaña electoral del 2022 (se hizo a un lado por un tema de salud).
¡Qué Torta! conversó con Steven Acosta y Ricardo Acuña, dos experiodistas de ¡OPA!, que relataron las barbaridades de las que fueron testigos y de las humillaciones que sufrieron a manos de Sánchez.

“Sus palabras favoritas siempre fueron inútil, estúpido, idiota, porquería. Lo obsesiona el rating de canal 6 y de canal 8. A mí varias veces me dijo que era un idiota, que era un inútil, que mi trabajo era una porquería. Pegaba gritos en la redacción. Una vez se quejó de que todos los que trabajábamos ahí éramos una bola de ineptos”, expresó Acosta.
Él laboró mes y medio, hasta que un día de enero del 2025, después de tres días de vacaciones, le presentó la renuncia y justificó su salida por escrito ante la imposibilidad de estar en un ambiente laboral tan tóxico.
“Vi gente llorar, yo fui parte de eso. Estuve solamente un mes y renuncié. Fue mi peor experiencia laboral. Renuncié, porque no podía aceptar la presión sicologica, ni la violencia verbal laboral con la que él (Douglas) maneja su personal”, manifestó Acuña.
Tanto Acosta como Acuña se animaron a dar sus testimonios e, incluso, a publicar alguna reacción en sus perfiles de redes sociales después de la exclusiva que dio a conocer ¡Qué Torta! y que Sánchez le bajó el piso con algunos comentarios que hizo en la página de Facebook de este medio.

“Una vez me reclamó y me dijo que qué era esa nota tan basura que yo había hecho, que qué era esa edición tan basura. Y es que, lamentablemente, uno se iba a ciegas, cuando hacía alguna nota. No había guía. Al final, lo que uno se llevaba era una gritada de él”, detalló Acuña a este medio.
“La primera semana que empecé a trabajar fue el único momento en el que me sentí bien. Yo vi gritos, insultos, humillaciones, que él les hizo a los compañeros. En transmisiones en vivo, él pegaba gritos a través del monitor (algo parecido a un audífono) que a uno le ponen para escuchar indicaciones. Golpeaba el escritorio, ponía nerviosos a quienes daban la información.

“Siempre bajamos la cabeza, nunca nadie se atrevió a denunciarlo al Ministerio de Trabajo por miedo, porque se decía que él haría lo que fuera para que uno no volviera a encontrar un puesto. Él se transforma, sus dientes, su rostro. No maneja su carácter”, puntualizó Acosta.
Pareciera que la imagen que vende y aparenta Douglas hacia la audiencia se aleja bastante de la vida en un paraíso.